Zona de Tolerancia
Por Rodrigo Vidal
Mientras realizaba un registro fotográfico de las alcantarillas tapadas con basura en el centro de la ciudad de Poza Rica, una mujer con un vaso de plástico en la mano me miraba curiosa. Paciente esperó a que terminara de tomar las imágenes y de inmediato preguntó “¿a quién le va a tirar?”, le respondí que publicaría las fotos y entrevistaría al responsable de la comisión de Alcantarillado del Ayuntamiento. Ella continuó con el interrogatorio: “Pero está así –lleno de basura-, porque no hay un sólo bote en todo el centro ¿quién tiene la culpa?”.
Me di cuenta que ella tenía el vaso vacío en la mano porque no había lugar adecuado donde tirarlo y de algún modo justificaba que las alcantarillas estuvieran llenas de basura por la irresponsabilidad de las autoridades de no colocar depósitos en ninguna parte de la ciudad, no sólo en el centro. Pero ¿es justificable?
A la pregunta de la señora dije: ambos, tanto las autoridades llevan responsabilidad como las personas que tiran la basura en la calle.
Desde 2008 el municipio de Poza Rica concesionó el servicio de recolección de basura a Promotora Ambiental La Laguna S.A. (PASA), por 15 años, para lo cual paga alrededor de 30 millones de pesos anuales a la empresa. Es de reconocerse que, aunque con algunas deficiencias, fue notorio el cambio en la recolección de basura, sin embargo, la ciudad no ha dejado de lucir sucia ¿por qué?
Para muchas personas el problema es que no hay botes de basura en la ciudad, sobre todo en el centro que es una zona comercial con bastante actividad, pues se ubican entre otros negocios, cuatro mercados públicos. Es la zona donde se concentran los sitios de taxi y autobuses de todas las rutas que van a distintas partes de la ciudad. Es decir que, el ir y venir de personas no se detiene desde temprana hora hasta poco antes de la media noche.
En el caso de la recolección de basura las autoridades ya dejaron la pelota a PASA, y aunque tienen el programa denominado “Ecotón”, que consiste en salir, de vez en cuando a barrer las principales avenidas, la ciudad no deja de lucir sucia.
¿De quién es la culpa? Insisto que de ambos. Tenemos un Ayuntamiento que en el delegar o concesionar responsabilidades se zafó de sus obligaciones, pero también a pozarricenses que, tomando esto como pretexto, sin remordimiento alguno tiran a la calle desde una envoltura de chicle hasta pañales desechables.
Entonces, cuando respondí que ambos tenían responsabilidad en el asunto de la basura –uno por generarla y desecharla en lugares prohibidos y otros por no poner solución y hacerse los desentendidos-, la señora hizo la pregunta más directa “¿A poco cuando tiene basura no la tira a la calle?” y dije no, porque acostumbro guardar la basura –la envoltura de un dulce, los boletos del autobús, los panfletos que reparten en la calle las casas de empeño-, hasta encontrar un depósito y ahí tirarla, o hasta llegar a casa.
Dicho esto, la señora hizo una mueca, no se si de aceptación o tirándome a loco, pero tomó su vaso, lo apretó hasta compactarlo un poco, lo metió a una bolsa de plástico que tenía en su bolso, y entró a una tienda de ropa, no sin antes despedirse y preguntar “¿la foto va a salir en La Opinión?”.
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2 comentarios:
cochinos es bonito....
agregemosle...cerdos, marranos...atascados...quinos!!!!
se me hace que los cochinos de mi abuelo en el rancho son mas limpio que esos malparidos..
jajajjajajaja saludos
Comparto contigo este tema, aunque quiero agregarte que a veces como ciudadanos no entendemos que el deteriorar un contenedor, destruirlo o desaparecerlo, nos afecta a todos por que muchos recursos se han ido a la basura en administraciones pasadas, más que de limpieza es de cultura y de entender que esto nos afecta como salud pública y que lo que generamos aquí se queda, cierro mi comentario con que la materia no se creo ni se destruye solo se trasforma y las consecuencias aunque nos duelan o afecten regresaran una ciudad limpia no es la que más limpia si no la que menos se ensucia
Edgar Allende
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