Zona de Tolerancia
Por Rodrigo Vidal
Desde la aprobación de los matrimonios entre personas del mismo sexo, con la modificación del Código Civil del Distrito Federal, se arreció una campaña en contra de personas homosexuales que van desde las agresiones hasta los intentos religiosos por “re-implantar” la vida “como Dios manda”.
En la capital del país surgió un grupo denominado “Justicia Ciudadana”, que se ha dedicado a agredir físicamente a las parejas homosexuales que encuentran en solitario, a quienes les entregan memorias USB con un video con contenido homofóbico.
El argumento es “la destrucción de la familia”. Este grupo que hasta el momento se ha mantenido en total anonimato y que no tiene relación con otras organizaciones denominadas Justicia Ciudadana en el país (en Chihuahua y Puebla), rechaza con argumentos religiosos la unión de personas homosexuales.
De nuevo la fe es bandera para luchas que en lugar de unificar a la humanidad, como muchas profesan, transgreden la dignidad de las personas, atropellan cualquier derecho y niegan la posibilidad de igualdad.
Pero en esta corriente de ultraderechistas que parece domina una buena parte de país –con alcaldes, gobernadores, diputados, senadores, jueces, ministerios públicos, dirigentes de partidos políticos y hasta el Presidente de la República-, es desde las iglesias donde se pretende imponer una serie de normas basadas en principios religiosos.
Las mujeres son otro sector que desde la fe son blanco de agresiones. El fin de semana una asociación religiosa denominada Vaso Frágil, ofreció una plática para salvar matrimonios, bajo el argumento de que el sitio de la mujer es ser “complemento del varón”, y alterar este principio genera problemas en las relaciones de pareja.
De acuerdo con el integrante de la Cofraternidad de Iglesias Evangélicas, José Luis Cristóbal Díaz, quien ofreció la plática matrimonial “¿Por qué acaba el amor?”, la “voluntad divina” es que la mujer mantenga el rol de “complemento” del hombre: “Si la mujer entendiera con más claridad que ella es ayuda idónea en el matrimonio, que es el complemento del varón, ayudaría en mucho, y su el hombre entendiera que es la cabeza del hogar, es el proveedor y anduviera con responsabilidad, otra cosa sería”, dijo en una entrevista previa a la charla.
Sin duda este pensamiento es contrario a la evolución de los roles que la mujer y el hombre –pocos en este caso- han tenido dentro del matrimonio. Imponer esta visión retrógrada con argumentos de fe empeora el avance en materia de equidad que por años las mujeres han construido.
Hoy, desde la fe, se sigue agrediendo, en lugar de enseñar a amar al prójimo; hoy desde la fe se sigue discriminando, desde la fe los ministros segregan a sectores de la sociedad, desde la fe condenan y hasta matan.
Bien valdría aprender del ejemplo de Jesús, que teniendo enfrente a una persona que sostenía relaciones sexuales con otro hombre, no lo condenó, sino al contrario, lo puso como el ejemplo más grande de fe del nuevo testamento en el pasaje de Mateo 8.5.
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(Publicado el 29 de marzo de 2010)
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