miércoles, 4 de noviembre de 2009

Aprueban Sagarpa y Semarnat siembra de maíz modificado
- En total existen 22 permisos en todo el país para la siembra experimental del grano con modificaciones genéticas
- La empresa PHI/México/Down Agroscience concentra seis de los siete nuevos permisos otorgados

Por Rodrigo Vidal

Poza Rica, Ver.- La Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa), y la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), autorizaron la expedición de siete nuevos permisos para la siembra experimental de maíz genéticamente modificado, con lo que suman un total de 22 permisos de este tipo en el país.

De acuerdo con un comunicado conjunto de ambas secretarías, seis permisos corresponden a la empresa PHI/México/Down Agroscience y uno para la empresa Monsanto Comercial.

De la primera empresa, tres autorizaciones son para los municipios de Cuauhtémoc, Delicias y Jiménez, en el estado de Chihuahua, y cuatro para los municipios de Río Bravo, Díaz Ordaz, Valle Hermoso, Matamoros y Río Bravo, en Tamaulipas.

La Sagarpa señala que han sido sustanciados los procedimientos establecidos en la Ley de Bioseguridad sobre Organismos Genéticamente Modificados y su Reglamento para dictaminar las solicitudes de los promoventes, siendo enfáticos en la realización de los análisis de riesgo ambiental y de sanidad correspondientes.

La secretaría dijo que los permisos incluyen las medidas de bioseguridad que se impondrán en el experimento, a fin de asegurar su buen curso.

A la fecha se tiene autorizada la siembra experimental en diez mil 77 hectáreas en los estados de Sonora, Sinaloa, Tamaulipas y Chihuahua. Las siembras que se realizarán se mantienen en la fase de experimento y se harán en terrenos controlados y totalmente aislados de otro tipo de cultivos.

La Sagarpa y la Semarnat aseguran que realizarán una vigilancia rigurosa del cumplimiento irrestricto de los requisitos y condiciones establecidos en los permisos otorgados.

¡Devuelvan las banquetas!

Zona de Tolerancia

Por Rodrigo Vidal


Soy peatón la mayor parte del tiempo. Si sumo las horas de mi vida que he viajado en vehículo automotor, ya sea auto particular (siempre de aventón), motocicleta, o en transporte público como taxi, autobús –locales y foráneos-, apenas si ocuparía un año de mi vida, si consideramos que un año tiene ocho mil 760 horas. No creo superar esa cantidad.

Es decir, la mayor parte de mi tiempo camino. Y muchos así lo hacen para moverse de un lugar a otro, en distancias a veces cortas, otras más largas.

Caminar por las calles de esta ciudad de Poza Rica (la del presente, porque la del futuro quién sabe como será), me llevó a la siguiente conclusión: las vialidades están diseñadas para los automovilistas, no para el peatón. Y si a esto sumamos la incultura vial que reina inamovible en este municipio, el resultado es desfavorable para los que andamos a pie.

Hasta las banquetas, que son parte de la vialidad, son modificadas para el paso de vehículos y en ocasiones, en contra de los peatones. Los ejemplos claros los vemos frente a las cocheras de viviendas o edificios de oficinas, públicos y privados. He encontrado rampas tan pronunciadas en las banquetas que son un riesgo para quien se atreva a cruzarlas caminando.

Existen rampas en las banquetas para la entrada de vehículos a las cocheras, pero no existen, por ejemplo, para que pasen personas en silla de ruedas.

Hay espacios sobre el boulevard Adolfo Ruiz Cortines, donde las banquetas sirven para el estacionamiento de autos en batería, situación que nos obliga o a pasar muy apretados entre los autos o a bajar al arroyo vehicular. ¿Dónde? Hay varios tramos de dicho boulevard, sobre todo antes, a la altura y después del fraccionamiento Palmas, donde claro este ejemplo.

¿Les ha ocurrido que, caminan por una banqueta muy estrecha, en una calle bastante transitada, y de repente, un poste se “atraviesa” en el camino? ¿Qué hacer? Sólo bajar a la calle para librar el poste. ¿Pero si ese poste estuviera sobre el arroyo vehicular? Sin duda otro sería el destino.

Y qué decir de los cruces peatonales. Ahora que instalaron parquímetros en el centro de la ciudad (que de nada ha servido para solucionar el problema de estacionamiento y caos vehicular), algunos automovilistas optan por dejar sus autos en las esquinas, justo en el cruce del peatón, porque ahí no hay parquímetros, pero ¿y los que cruzamos la calle por las esquinas, tal como debe ser?

Tampoco pueden faltar los comerciantes, y no referiré sólo al problema del ambulantaje, también incluyo al comercio establecido que ya tomó la costumbre de hacer de las banquetas un apéndice de los negocios. ¿Y qué hacemos los peatones? Ustedes tienen la respuesta.
¿Semáforos para el peatón? Ni soñarlo. Un amigo, que ya rebasa los 60 años pero se niega a que lo consideren adulto mayor, me comentaba los problemas que para él representa caminar por las calles con tanto obstáculo que tiene que librar, tan sólo sin bajar de las banquetas. Ya ni se diga el intentar cruzar una calle. Y la lista puede ser más larga.

Ambulantes, postes, rampas, autos estacionados, comerciantes fijos, mesas, sillas, cajas, hoyos, maleza, escombros y material de construcción, basureros, hasta borrachos tirados, son algunas de las cosas que en su momento o con regularidad, obstaculizan a los peatones andar por las banquetas. Si sabe de alguno otro, coméntelo en: rodrigovp76@gmail.com

Esto es un llamado para que las autoridades que pretenden construir ciudades del futuro piensen en los problemas del presente, que en ocasiones con voluntad, sin invertir un peso sólo con la voluntad de hacerlo, se resuelven. Y conste que no hable del derecho de los discapacitados al libre acceso, porque eso da para otro tema.

Comentarios, quejas y sugerencias aquí:

Las tijeras de Calderón

Zona de Tolerancia

Por Rodrigo Vidal


No. El presidente Felipe Calderón no propuso reducción del IVA, no había recortes que fueran de consideración en secretarías de estado y otras dependencias, mucho menos eliminación o reducción de otros impuestos como el ISR, el IETU o la tenencia, en el Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación para 2010.

Pero si propuso el recorte de 54.91 millones de pesos en materia de prevención y atención al VIH/sida y otras infecciones de transmisión sexual. Según un estudio de Fundar, Centro de Análisis e Investigación, el monto asignado para el rubro del Programa Presupuestario “Prevención y Atención al VIH/sida y otras ITS” es de 133.92 millones de pesos.

Este recorte afectaría directamente al Centro Nacional para la Prevención y el control del VIH/sida (Censida) con una disminución de 22.4 millones de pesos, según un comunicado de la organización.

También dependencias como el Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER) y otras seis, recibirán 34.3 millones de pesos, con una grave afectación al primero debido a que su presupuesto se redujo en un 70 por ciento. El INER atiende la mayor cantidad de pacientes con VIH en un promedio de 200 a 250 al año que requieren de hospitalización y 950 pacientes de manera ambulatoria.

Y la preocupación es porque con el recorte se corre el riesgo de aumentar la mortalidad hospitalaria. Según las cifras del Censida en México se tienen registrados hasta marzo de 2009, 130 mil 969 casos de VIH/sida, 107 mil 874 en hombres y 23 mil 95 en mujeres.

Fue 2008 el año en que se presentó el mayor número de casos nuevos con 5 mil 151, la mayoría en jóvenes menores de 25 años.

¿Qué afectaría si se aprueba este recorte? Según el comunicado que firman varias organizaciones civiles, las afectaciones principales serían menor adquisición por parte de Censida, preservativos y pruebas rápidas de detección de VIH, así como el financiamiento de campañas de prevención y trabajo con grupos clave como son los hombres que tienen sexo con hombres, trabajadoras y trabajadores del sexo comercial, personas privadas de su libertad o en situación carcelaria y población transexual o transgénero.

Es por eso necesario vigilar cómo saldrá el Presupuesto de la Federación para el próximo año, porque un recorte de tales dimensiones es un golpe mortal para las instituciones de atención a personas con VIH/Sida, y al trabajo, aún insuficiente, de prevención.

El picadero
El caos vial que se vive en el centro de esta ciudad petrolera no tendrá fin. Ya no me queda la menor duda. Los autobuses son los dueños de los espacios en las calles, y nadie hará nada al respecto. Y cuando digo nadie es nadie, pues la semana pasada, unos comerciantes del Mercado Poza Rica le pedían al alcalde Pablo Anaya que interviniera para que metiera en cintura a los conductores de autobuses, y el munícipe respondió que “ya se lo he pedido muchas veces a Tránsito del Estado”. ¡Imagínese! Amable lector si al alcalde no lo pelan los de Tránsito, ¿qué caso esperamos que nos hagan a nosotros, simples mortales?

Comentarios, quejas y sugerencias, aquí:

(26 de octubre de 2009)

Crímenes con saña

Zona de Tolerancia

Por Rodrigo Vidal


En la conurbación de Poza Rica, el asesinato se encuentra entre los delitos de menor incidencia, sin embargo, cada vez hay más saña en los crímenes cometidos, una característica de las grandes ciudades que llegó a la región desde hace algunos años.

El caso del pacto suicida que se presentó en esta semana, es el ejemplo más reciente del grado de violencia en los crímenes, a un nivel de locura. Primero asesinó, destazó y empotró a su esposa, para después suicidarse colgado de un árbol. Pero no son los únicos.

Recordemos el caso del joven petrolero asesinado de 42 puñaladas en el interior de un motel. Otros menos recientes, a finales de 2007 un trabajador de la Comisión Federal de Electricidad fue asesinado de un escopetazo en la cabeza, que le voló parte de la cara y cráneo, esto en Papantla; en Cazones un pescador fue asesinado de siete machetazos, de los cuales cinco se los asestaron en la cabeza.

En la colonia Prensa Nacional de Poza Rica, apareció el cadáver incinerado de un hombre, a quien lo mataron de varios machetazos y luego le prendieron fuego, al parecer con la intención de borrar evidencias. Ese mismo año en un camino de Tihuatlán, encontraron a un taxista en la cajuela de su automóvil. El vehículo fue incendiado con el chofer en su interior. Al realizar la necropsia, se detectó que el taxista fue asesinado a navajazos en el cuello.

Aunque las cifras se mantienen bajas, llama la atención la violencia y saña que caracteriza esos asesinatos. Otro de los más cruentos y recordados en esta ciudad, es el de la sexoservidora ocurrido en la calle Dos, de la colonia Cazones, a la que mataron con más de 30 puñaladas.

En el libro “La nueva violencia urbana de América Latina”, el autor, Roberto Briceño-León establece que ésta se da entre las personas pobres de las grandes ciudades. “Es la clase media que sufre la delincuencia, pero, quienes verdaderamente padecen la violencia y, en particular, la violencia más intensa o letal, son los pobres mismos quienes son víctimas y victimarios en este proceso”.

Sin embargo aclaran que la pobreza no es la causa de la violencia, pues en las zonas más pobres de los países latinoamericanos, incluido México, no existen mayores tasas de homicidios, por lo tanto “es el empobrecimiento y la desigualdad, y no la pobreza, lo que origina la violencia urbana que estamos presenciando”, establece el autor.

Es en la formación y educación donde está parte del remedio para este mal, pero sobre todo, que esta desigualdad social se vaya reduciendo.

Comentarios, quejas y sugerencias, dirigir aquí:

(23 de octubre de 2009)

Altruismo político

Zona de Tolerancia

Por Rodrigo Vidal


El coordinador de la Asociación Civil Filantrópica y Educativa para los estados de Hidalgo, Veracruz y parte de Puebla, José Tiburcio Pérez, criticó –con justa razón-, a aquellas asociaciones civiles que nacen al calor del interés político-electoral, cuyo objetivo no es ayudar a quienes menos tienen, ni apoyar el deporte, ni remediar los males de todo aquel que sufra una necesidad, sino proyectarse para un cargo de elección popular.

Desde su punto de vista es reprobable porque eso genera una imagen distorsionada de lo que las verdaderas asociaciones filantrópicas buscan, que “no es resolver todos los problemas” sino contribuir a que, en el mejor de los casos, tengan elementos para salir adelante o cubran algunas de las carencias que enfrentan, ya sea de vivienda, alimentación, salud, educativa y demás.

Aquí el problema lo representa cuando esa ayuda se etiqueta. Cuando la despensa, la lámina, la medicina, el recurso, el balón de fútbol, la silla de ruedas, el servicio, va condicionado para votar por alguien, o le sigue la amenaza disfrazada de que deben ser “agradecidos” con el presidente de tal asociación porque ese si apoya al deporte, a los más necesitados, a los pobres, a los que menos tienen, y demás etcéteras que han resultado de las asociaciones civiles con fines de lucro político.

Bajo ese pretexto observamos a políticos y hasta funcionarios públicos hacer campaña desde hace varios meses. Aparecen en la foto entregando todo lo que sea entregable y que además represente muchos votos.

Pero si esto es reprobable, ya ni se diga el hecho de aprovecharse de tragedias, como el incendio del Mercado Poza Rica, donde todo el que pudo se colgó del drama de los locatarios para ofrecer ayuda, gestiones, plantear soluciones y demás pretextos por demás burdos de la política que se hace en Veracruz.

Se trataba de salir en la foto, protagonizar la nota en la primera plana de los diarios, ocupar espacios en noticiarios, darse baños de pueblo.

Algo ocurre en Veracruz que todos están en campaña sin que nadie haga algo por poner orden. Es más, con respuestas como la de la Consejera Electoral del IEV, Ángeles Blanca Castaneira, que al respecto dijo que el Instituto no puede entrarle al asunto mientras no haya denuncia, aunque sea evidente que lo hacen, pocas esperanzas nos quedan que tengamos buen árbitro para el próximo proceso electoral.

Deje aquí sus comentarios:

(19 de octubre de 2009)

La lección del fuego

Zona de Tolerancia
-La lección del fuego
-Seguridad de Miedo II

Por Rodrigo Vidal


El incendio del Mercado Poza Rica deja una lección sobre muchas otras que se pueden sacar de esta tragedia: no estamos preparados para sucesos de tal magnitud. Ni los locatarios, ni las autoridades, ni los cuerpos de seguridad y auxilio, ni los ciudadanos en general, dieron muestras de saber qué hacer.

El caos que se generó por el fuego los locales del “área vieja” del mercado, tiene origen en la desorganización institucional y civil en caso de emergencias, pues todos demostraron que no saben cómo actuar ante tragedias tan grandes como la ocurrida el pasado jueves, la cual se pudo prevenir.

Los más reprobados en este lamentable examen fueron los elementos de Tránsito del Estado, que no pudieron contener el caos vehicular en las calles aledañas al mercado en llamas. Había presencia de elementos, pero sin hacer nada. Lo mismo detener la llegada de curiosos que entorpecían la labor de los elementos de personal de Contraincendio de Pemex, que ante la falta de un cuerpo de bomberos municipal, actuaron para extinguir las llamas. Es más, fueron los únicos que se llevaron las palmas.

La gente que llegaba al mercado siniestrado a curiosear ayudaba en nada, eso incluyó a mucho personal del Ayuntamiento, que también terminó estorbando. Varios locatarios, que en su desesperación por rescatar sus bienes, entraban desesperados al mercado por la mercancía de sus negocios, también tomaron una actitud imprudente, desesperada y entendible quizá, pero que puso en riesgo su seguridad.

El calor, la desesperación, la histeria, el caos vial, gente corriendo de un lado a otro, los gritos, todos esos y más elementos generaron una situación que evidenció la manera de actuar que cada uno tiene ante esas tragedias, y que está cargada de ignorancia, de solución, de falta de orden.

Sin embargo, el hecho que fue el colofón del incendio, lo protagonizó el policía que comenzó a disparar contra una comerciante, bajo el argumento de que “no se quería detener y me iba a atropellar”, acción que después validó el coordinador de la Policía Intermunicipal, Juan Carlos Novoa.

Apenas la semana pasada comentábamos sobre la inseguridad que de pronto representan para los ciudadanos comunes los cuerpos de seguridad del Estado, y como ejemplo exponía el caso de Irma, la mujer que fue maltratada frente a su esposo y su menor hija de cuatro años, por elementos de la Agencia Veracruzana de Investigación a quien confundieron con una asesina, y después de ver su credencial sólo dijeron “ésta no es” y se fueron.

La anécdota del pasado jueves puso en entredicho la –falta de- preparación que tienen los policías, y ahora le tocó el turno a un elemento de la Policía Intermunicipal Poza Rica-Tihuatlán-Coatzintla, disparando a un comerciante. Es para sentirse más inseguro con estos elementos a un lado. Si tiene comentarios sobre el tema, quejas o sugerencias, escriba aquí:
(16 de octubre de 2009)

Seguridad de miedo

Zona de Tolerancia

Por Rodrigo Vidal


Dos caballos, un perro entrenado, un hombre con traje de buzo, pistolas y armas de alto poder, patrullas, motocicletas, trajes que a simple vista resultan impenetrables, “hombres de negro”, un grupo de policías formados como para bailar “Thriller” de Michael Jackson, estudiantes de primaria, secundaria y preparatoria, baile jarocho, discursos cargados de millones de pesos en inversiones y buenas intensiones en materia de seguridad, todo esto se “lució” durante la clausura de la Semana Estatal de Prevención del Delito.

Sin embargo, esta misma semana se hizo público el caso de abuso policiaco por parte de elementos de la Agencia Veracruzana de Investigación (AVI), quienes en un operativo intentaron detener de manera violenta a una mujer con cinco meses de embarazo, al confundirla con “la asesina del motel”, y luego de percatarse que estaban equivocados, sencillamente se retiraron diciendo: “ésta no es”.

Todo ocurrió delante de su esposo y su hija de cuatro años de edad, quien ahora presenta problemas de alimentación, dejó de comer desde ese día, diario tiene pesadillas, se niega asistir a la escuela y ya no quiere subirse a la camioneta de su mamá, porque fue ahí donde la golpeó un elemento de la AVI.

Roberto Herrera y Elsa Irma Vera, decidieron denunciar penalmente el caso y el Colegio de Abogados de Poza Rica ofreció toda la ayuda para ello, aunque, por las secuelas que a los tres les dejó el operativo que la AVI montó frente a su propia casa, llegaron a pensar en no denunciar el caso. Se reconoce el valor civil que tuvieron para hacerlo.

Ahora, debemos estar atentos al seguimiento que el Ministerio Público del Fuero Común de sobre la investigación, pues como bien lo dijo Elsa Irma, “lo que me pasó a mí, le puede pasar a cualquiera”, y no podemos permitir que elementos como estos sean los que porten una placa y arma, y actúen de esa manera en nombre de la ley y supuestamente en beneficio de la sociedad.

Ojalá que todo lo mostrado durante la ceremonia de clausura de la Semana Estatal de Prevención del Delito se aplique bien en beneficio de la sociedad que reclama seguridad, y no en contra.

La danza de los millones
Mientras el debate por el futuro del Proyecto Chicontepec o Aceite Terciario del Golfo lo “resuelven” entre Pemex, la Comisión Nacional de Hidrocarburos, la Cámara de Diputados y todos los políticos interesados, muy interesados en el tema, en las comunidades donde se realiza la explotación insisten en solicitar recursos para la realización de obras de beneficio social o que repare los daños que Pemex y las compañías provocan con la perforación y el paso de maquinaria pesada.

Lo curioso es que Pemex reporta la aprobación de donativos y donaciones por el orden de los mil 477 millones 560 mil pesos, entregados a cinco estados, entre ellos Veracruz, donde fue para apoyo de rehabilitación de infraestructura educativa y diversas obras de infraestructura urbana.

“Específicamente en el norte del Estado de Veracruz, Petróleos Mexicanos otorgó la cantidad de 33 millones 225 mil 441 pesos, destinados a programas de construcción, reconstrucción, rehabilitación e investigación en beneficio a la población, complementadas por la donación de mil 260 toneladas de asfalto utilizados para la pavimentación de caminos, operación de maquinaria y operación de vehículos, además de 12 millones 350 mil pesos destinados a obras de beneficio mutuo”, establece el comunicado de Pemex relativo a lo que el Consejo de Administración aprobó en 2008.

Los municipios beneficiados con donativos, donaciones y obras de beneficio muto fueron: Poza Rica, Papantla, Castillo de Teayo, Nautla, Coatzintla, Pánuco, Tihuatlán, Vega de Alatorre, Cerro Azul, Ixhutlán de Madero, Chicontepec, Tepetzintla, Álamo Temapache e incluso municipios de la sierra poblana como Venustiano Carranza, Francisco Z. Mena y Pantepec.

Interesante sería que todos los alcaldes de estos municipios rindieran cuentas de la aplicación de este recurso. Para comentar los temas, dejar quejas o hacer sugerencias, escriban aquí:
(9 de octubre de 2009)

10 años de tragedia

Zona de Tolerancia

Por Rodrigo Vidal



A muchos nos queda el recuerdo muy vivo de aquella mañana del 6 de octubre de 1999. La tragedia de la inundación que derivó en otras muchas tragedias que hoy en día no encuentran solución o se repiten.

La cantidad de agua que hace una década sepultó pueblos y arrastró personas viviendas, caminos, puentes, animales, vehículos, instalaciones eléctricas, deslavó cerros, dañó cultivos, afectó selva y bosques, modificó litorales, también dejó al descubierto la insensibilidad, la irresponsabilidad, la corrupción, los manejos a conveniencia de la ayuda, la falta de prevención, la nula planeación en el crecimiento urbano, el lucro durante un desastre, por parte de las autoridades de los tres niveles de gobierno.

A diez años de distancia, al menos en la zona norte no se ha vuelto a vivir un desastre natural provocado por lluvias de la magnitud que se vivió en octubre de 1999, cuando los ríos Pantepec, Tuxpan, Cazones, Tecolutla y Nautla, se desbordaron arrastrando todo a su paso. Sin embargo, con tragedias de menores proporciones, hemos visto que muchas autoridades repiten los esquemas de ineficiencia ante contingencias.

La lección, a 10 años de distancia, parece que no se aprendió. Insensibilidad oficial, politización de la ayuda, niveles no deseados en cuanto a cultura de prevención, obras en zonas de riesgo por inundación o deslave, es decir, falta de planeación en el crecimiento urbano que empeora cuando se trata de construcción de viviendas o fraccionamientos.

Puentes que se caen, obras de protección que después requieren de otras medidas de protección, el lucro durante las tragedias, son situaciones que siguen vigentes en nuestros días y que se viven en cada desastre natural, ya sea provocado por lluvias o sequía, por huracanes o temblores.

En Poza Rica, las colonias que en 1999 fueron devastadas por la inundación, siguen hoy habitadas, y el fraccionamiento Arroyo del Maíz, construido para reubicar a esas familias afectadas por el agua, sufre de invasión de viviendas pues nunca se terminaron de habitar.

El crecimiento comercial de la ciudad se viene dando en una zona con riesgo de inundación, según los mapas que Protección Civil y la Conagua proporcionaron después de 1999. Eso tan sólo en esta ciudad, pero en la serranía totonaca, o en la costa de Tecolutla y Cazones, o en la rivera de los ríos Pantepec, Tuxpan y Nautla, el escenario es similar.

Oficialmente, la tragedia de octubre de 1999 dejó un total de 120 víctimas mortales en el norte de Veracruz, aunque fueron constantes los reportes, que hoy tienen más el nivel de leyenda urbana, de cadáveres humanos que fueron quemados por el Ejército.

De lo aprendido, al menos a 10 años de distancia, hay más medios y personas atentas al comportamiento climatológico, y es más difícil que una autoridad intente ocultar la magnitud de la tragedia, como en su momento quiso hacerlo el gobernador Miguel Alemán, quien se encontraba fuera del estado el día de la inundación y a distancia mandaba a decir que nada había ocurrido en Veracruz. De ahí que se retrasara la declaratoria de zona de desastre en el norte de la entidad por parte de la Secretaría de Gobernación, ya que el “Gobernador de la Tele” o el “Tele-gobernador”, no quería reconocerlo.

Para el 6 de octubre, los estados de Puebla e Hidalgo, también afectados por los tres fenómenos metereológicos que generaron lluvia por tres días consecutivos sin parar, ya habían pedido la declaratoria de desastre.

Estas “omisiones” hoy, son más difíciles de que ocurran. La lección fue aprendida, pero aún queda camino por recorrer en materia de Protección Civil, y eso se hace con trabajo y educación en las zonas de desastre, no por mandato divino.

Hoy, 6 de octubre de 2009, debe ser una fecha que nos recuerde la lección aún no aprendida de hace 10 años, y que cada quien, en la responsabilidad que nos corresponde, asuma su compromiso de actuar. No basta con levantar la mirada al cielo y pedir que deje de llover.

Quien quiera ver, que vea y se dé cuenta que las consecuencias de estos desastres son también un signo de desigualdad social, pues son los pobres, los sectores marginados, quienes enfrentan los efectos más devastadores al habitar siempre, por necesidad, en zonas de riesgo, ya sea por inundación, deslave, sequía y hasta como consecuencia de la industria. Eso no ha cambiado, pese a la lección de hace una década, así que, quien quiera ver, que vea y actúe.

Comentarios, quejas y sugerencias, dejar aquí:

(5 de octubre de 2009)

A mi me gusta la Zona