Zona de Tolerancia
Por Rodrigo Vidal
De nuevo elementos policiacos protagonizan dos sucesos en el estado de Veracruz que causan vergüenza e indignación, y lleva al rincón del descrédito y desprestigio a las corporaciones policiacas, que de por si no gozan de buena fama.
Uno de los casos ocurrió en esta ciudad de Poza Rica, ya hace casi una semana que tres elementos de la Policía Intermunicipal Poza Rica-Tihuatlán-Coatzintla, presuntamente violaron a dos menores de edad el domingo siete de febrero. Con todo y denuncia penal ante la Agencia Especializada en Delitos Sexuales y contra la Familia, y la identificación de los tres agentes, estos están prófugos, gracias a que el Juez emitió cinco días después de los hechos las órdenes de aprehensión.
Incluso se critica la actuación de coordinador de la corporación, Juan Carlos Novoa Torres, quien no puso a disposición del Ministerio Público especializado a los elementos, pese al señalamiento directo y oportuno de las jóvenes violadas. Según la denuncia PZRESP/047/2010, en la agresión participaron seis policías, entre ellos Filiberto Méndez Bautista, el policía cuarto Ernesto Leopoldo Hernández Almazán y el policía tercero Luis Alberto Torres Ruiz, quienes presuntamente cometieron la violación.
Otro caso fue el de las agresiones de elementos de la Policía Intermunicipal Veracruz-Boca del Río en contra de aficionados de un equipo de futbol y de dos camarógrafos de Televisa, que ya es investigado por la Procuraduría General de Justicia del Estado.
¿Por qué los cuerpos de seguridad, los apodados ‘guardianes del orden’, aquellos que deberían inspirarnos confianza, hoy confirman ser y hacernos sentir todo lo contrario?
¿Lo justificará la falta de preparación, que no son policías de carrera, que ingresaron a la corporación a veces sabiendo solo leer y escribir, que sus salarios son bajos –aunque otras personas ganan menos sin que vayan por la vida violando y agrediendo personas-, que ese trabajo lo obtuvieron a falta de otras oportunidades de empleo, que no querían ser policías pero la vida los llevó por ese camino, que fue la única opción que tuvieron y por ello cargan frustraciones y descargan agresiones?
Sin duda, nada lo justifica, pero mucho tiene que ver un poco de todo, o todo. Entonces ¿A quiénes están contratando en las corporaciones policiacas? La policía inspira miedo y desconfianza, y no solo por los hechos recientes, porque ya escuché justificarse al coordinador Novoa Torres decir que tres policías no son toda la corporación, sino porque se trata de una institución históricamente alejada de la sociedad a la que en teoria protege.
La policía siempre ha sido el brazo ejecutor en el uso, a veces desmedido e injustificado, de la fuerza pública por parte de gobiernos represores, y lo recordamos en muchas administraciones priistas y ahora panistas, y por más que han querido limpiar la imagen poco han logrado conseguir.
¿Dónde quedan los 12 millones de pesos invertidos a la Policía Intermunicipal Poza Rica-Tihuatlán-Coatzintla el año pasado, que incluyo la capacitación de un centenar de sus elementos? Noto además que la ‘indignación’ de las autoridades municipales y del Estado no convence.
Las posturas que han tomado son tan ligeras que también son motivo de indignación, y no se trata de pedir que tumben cabezas per se, pero si de exigir que se note la millonaria inversión hecha a la corporación.
De aquí mi solidaridad a las jóvenes que sufrieron la agresión y a sus familias, y me sumo al mismo reclamo de justicia. Comentarios, quejas y sugerencias, dejar aquí:
(12 de febrero 2010)
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