miércoles, 5 de mayo de 2010

La báscula que discrimina

Zona de Tolerancia

Por Rodrigo Vidal



El presidente Felipe Calderón lanzó el Acuerdo Nacional para la Salud Alimentaria, Estrategia contra el Sobrepeso y la Obesidad, un documento que como otros parece una carta de buenas intensiones que presenta ahora que somos el país con el primer lugar mundial en obesidad en adultos –antes era Estados Unidos-, y el segundo en niños.

Las metas del acuerdo son: revertir el crecimiento "explosivo" de sobrepeso y obesidad en niños de dos a cinco años, para llevarla a menos de lo que había en 2006. Además detener el avance del problema del peso en la población de personas de entre cinco a 19 años, así como desacelerar el crecimiento de la cifra de adultos con sobrepeso y obesidad.

Para ello propuso cinco pasos que bautizó como: "Muévete, Mídete, Toma Agua", consumir frutas y verduras, y socializar el problema. El primero se refiere a realizar actividades físicas, el segundo a medir peso e ingesta de alimentos y bebidas, el tercero a consumir una cantidad mayor de agua, luego a incorporar las frutas y verduras en la dieta y el último no me quedo muy claro con ‘socializar el problema’ y la estrategia.

Claro que resulta alarmante saber que mas de la mitad de los mexicanos presentan obesidad –cuando apenas hace cuatro años afectaba al 30 por ciento de la población-, y que el problema crece entre los niños "de manera alarmante", como lo calificó el Secretario de Salud, José Ángel Córdova Villalobos, quien dijo que para 2015 la obesidad podría representar una carga financiera superior a los 100 mil millones de pesos, de los cuales 70 mil corresponderían a gastos médicos.

Pero se debe tener cuidado con el manejo de esta información y sobre todo con las estrategias a tomar, incluidas las mediáticas, para evitar que aumente la discriminación hacia ese sector de la población, o que en el extremo contrario aumenten los casos de anorexia y bulimia.

Y es que no se debe dejar de lado que no en todos los casos la obesidad obedece a malos hábitos al consumir alimentos y por la falta de ejercicio; podemos encontrar personas con desordenes alimenticios severos, depresiones, el estrés, alteraciones hormonales, mal funcionamiento de la glándula tiroides, entre otros.

Tampoco se debe establecer comparaciones entre personas con sobre peso y personas delgadas y otorgar calificativos negativos a los primeros y todos los positivos a los segundos, unos infelices y otros felices. Querer iniciar una campaña partiendo de este factor sería un error que vendría a empeorar la percepción que la población tiene de los obesos y aumentar la discriminación y la burla pública.

La obesidad por tanto, no debe ser tratada solo como un problema de salud pública, que lo es y grave, ni como un problema económico a futuro, también desde el punto de vista social es necesario que se prevengan acciones que endurezcan mas la estigmatización hacia "los gorditos", pues no todos pueden dejar de serlo.

Ahora, en esa carta de buena voluntad no vemos el compromiso del ejecutivo para evitar que la comida chatarra, que poco nutre y mucho contribuye a la obesidad infantil, llegue a las escuelas. Basta ver el caso de Veracruz, donde la Secretaría de Educación, la SEV, tiene un acuerdo con distribuidores de la empresa Pepsico, para vender en las cooperativas escolares productos exclusivos de esta marca, desde refrescos hasta fritangas.

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(25 de enero de 2010)

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