Zona de Tolerancia
Por Rodrigo Vidal
Después del sexenio de Salinas, ya con Vicente Fox como presidente, muchos políticos, principalmente panistas comenzaron a cuestionar lo que consideraron "excesos" en las críticas que desde los medios de comunicación se hacían a la figura presidencial.
Pero el periodismo daba vuelo a una etapa en el ejercicio de la libertad de expresión nunca antes vista durante el período represor y totalitario del PRI en siete décadas, que mantuvo un control férreo sobre la mayoría de los medios y sus contenidos por año. Algunos, principalmente los televisivos eran una extensión de esos gobiernos arbitrarios. Algo como hoy lo vemos en los estados, donde los gobernadores, convertidos en señores feudales de sus entidades, manipulan, callan, atropella, silencian y utilizan a su favor a los medios de comunicación.
Con el foxismo, después de la represión por más de 70 años, los medios eran calificados de excederse en la crítica. En lo personal, aplaudí el exceso. Pero esa liberación trajo consigo otras situaciones y los llamados excesos en las críticas contra el gobierno pasaron a otros planos, a unos que tocaron fibras sensibles de sectores de la sociedad, que también ya no están dispuestos a callar y dejarse del abuso.
De nuevo la televisión, en sus contenidos comenzó a ser ‘incluyente’ y fuimos testigos como personajes que antes no figuraban hoy protagonizaban series, principalmente de comedia en situaciones que fortalecen los estigmas hacia estos sectores, desde siempre discriminados y rechazados, pero que ahora divertían como blanco de la burla.
La cosa se tornó seria cuando estos sectores, como la comunidad homosexual, lésbico, transexual y transgénero, se movilizaba en otro sentido, cosechando resultados de un movimiento con más de 30 años en nuestro país. Y entonces en el Distrito Federal se logró la Ley de Convivencia, pero antes otra similar se aprobó en Coahuila. Los grupos ultra conservadores reaccionaron y los medios daban una cobertura superficial del avance.
Ahora las posturas están más polarizadas con la aprobación del Matrimonio entre personas del mismo sexo en el DF, que les permite adoptar hijos. Luego vino el infortunado –aunque otros dicen que aprovechó muy bien el momento-, comentario del conductor televisivo Esteban Arce, que calificó a la homosexualidad como una anormalidad.
A principios de año el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación, que también jugó un papel importante en el tiempo de Gilberto Rincón Gallardo al frente del organismo, hizo un llamado reconociendo "el valor de la deliberación pública en torno a temas de interés social, como es el caso de las recientes reformas al Código Civil del Distrito Federal en relación a los matrimonios entre personas del mismo sexo, siempre que se realice dentro de las reglas de la tolerancia y el respeto a la no discriminación, columnas vertebrales de una sociedad democrática diversa y plural".
En ese sentido el Conapred llama "a la responsabilidad de los diversos actores sociales y políticos, sean representantes de partidos políticos, iglesias, medios de comunicación, organizaciones civiles y a la sociedad en general, conciliando el respeto a la libertad de expresión, con el derecho a la no discriminación reconocido en el Artículo 1º de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos".
Y es aquí donde el debate se debe retomar. ¿Debe tener la liberta de expresión un límite? ¿lo tiene de acuerdo con la legislación vigente en México? Hubo momentos que fortalecen la necesidad de discutir este punto, sobre todo cuando en el ejercicio de un derecho, como es el de expresar libremente las ideas, se violenta otro, que es el de no ser discriminado.
Para quienes ejercemos la libertad de expresión desde los medios, nos debe quedar claro que tenemos una responsabilidad mayor, pues justo en los medios de comunicación es posible encontrar hoy en día expresiones que fortalecen el estigma hacia sectores históricamente discriminados. Considerar códigos de ética y apostar a la profesionalización de los comunicadores es una tarea pendiente aún en un país que demanda información más oportuna, plural, seria e incluyente.
Mientras, usted ejerza su libertad de expresión con responsabilidad, así que deje comentarios, quejas y sugerencias aquí abajito:
(15 de enero de 2010)
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