Zona de Tolerancia
Rodrigo Vidal
Ayer salió publicado en el Diario Oficial de la Federación el decreto por el cual se establece el 19 de octubre como el Día Nacional contra la Discriminación, fecha que por sí sola no logrará un cambio en la cultura de la discriminación que impera, con raíces bien profundas, en el país, sobre todo cuando los gobiernos –obligados a hacer valer este decreto-, se mueven en un doble discurso, por un lado autoproclamándose como persona tolerantes pero encabezando actos de persecución y discriminación hacia sectores muy identificados de la sociedad.
Para el decreto, el presidente Felipe Calderón toma ocho considerandos: la Constitución Política, en su artículo I, el Plan Nacional de Desarrollo 2007-2012, los artículos 1 y 2 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, los tratados internacionales suscritos por el Estado mexicano para garantizar el derecho a la igualdad y la no discriminación (Pacto Internacional de los Derechos Civiles y Políticos, el Pacto Internacional de los Derechos Económicos, Sociales y Culturales, y la Convención Americana sobre Derechos Humanos); el Programa Nacional de Derechos Humanos 2008-2012, y la Ley Federal para Prevenir y Eliminar la Discriminación.
En el texto define a la discriminación y establece que “tiene su origen en prejuicios o estigmas que se manifiestan en acciones u omisiones, con intención o sin ella, sin causa razonablemente justificable, que niegan, restringen, excluyen o impiden alguno o algunos de los derechos humanos de las personas, minorías, grupos colectivos u otros análogos”.
Algunos dirán que la media debe aplaudirse por tratarse de un avance en la lucha por una sociedad más igualitaria y tolerante, pero una golondrina no hace verano.
Al cuarto año del gobierno de Felipe Calderón, la lista de situaciones discriminatorias en las que ha incurrido su administración incluye capítulos como las dos acciones de inconstitucionalidad emprendidas por la PGR: la primera en contra de la reforma que permite la legalización del aborto y después la de los matrimonios entre personas homosexuales y su derecho a adopción.
La desatención a los problemas de la juventud, que para el Conapred, resulta ser el sector de la población que más discriminación enfrenta en el país, por la falta de oportunidades de empleo, de acceso a la educación, del derecho a expresarse libremente, a recibir información sobre salud sexual y reproductiva de manera científica.
El espionaje y la persecución constante a activistas y defensores de derechos humanos, las omisiones del gobierno para resolver los problemas en comunidades indígenas, que van desde la situación de pobreza en la que viven, la improductividad de sus tierras de cultivo, hasta la pérdida de la lengua materna, sus usos y costumbres.
Qué decir de las mujeres en México, donde somos testigos de la limitación hasta la penalización sobre el ejercicio libre de sus derechos familiares, laborales, educativos, sexuales y reproductivos.
El atraso normativo (no por la falta de normas, sino por su nula aplicación), y de desarrollo para las personas con alguna discapacidad (apenas se van a enterar para 2011 cuántas personas con alguna limitación física y mental viven en el país y cuáles son sus condiciones económicas, educativas, laborales, familiares).
Por supuesto que en la lista no debe faltar la discriminación que se comente contra los migrantes, a extremos peores que el trato que reciben nuestros paisanos en Estados Unidos. Las matanzas y persecución motivadas por diferencias religiosas en el sur del país. Las acciones y declaraciones inquisitivas de sectores conservadores del gobierno, el PAN y la Iglesia hacia las personas homosexuales y el ejercicio de sus derechos, ha sido otro capítulo negro en los cuatro años de discriminación que ya caracteriza al gobierno de Calderón.
Pero no sólo la federación tiene su lista roja. Algunos gobernadores se pintan solos en el tema, no sólo por acciones o declaraciones personales, sino por políticas de gobierno y omisiones: Mario Marín (Puebla), Ulises Ruiz (Oaxaca), Emilio González (Jalisco), Fidel Herrera (Veracruz), Enrique Peña Nieto (Estado de México), Miguel Ángel Osorio Chong (Hidalgo), José Calzada (Querétaro), entre los más representativos.
Confío que la sociedad civil, como ha dado ejemplo en muchas otras áreas, actuará para que México pueda gozar no de un día al año, sino de una vida más tolerante y con menos discriminación, como parte de su cultura.
El botón de ejemplo
Curioso, luego del “asquito”, Etilio González Márquez se retractó y mediante una carta respondió a la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Jalisco que él no quiso decir lo que dijo con la intensión de ofender a nadie, y que mucho menos eso que dijo se traduciría en política de estado, pero resulta que la Secretaría de Gobierno de Jalisco promueve la castidad homosexual, patrocinando el Congreso Camino a la castidad, organizado por el grupo católico Courage Latino, donde participará Richard Cohen, autor del libro Comprender y sanar la homosexualidad. ¡Qué asco de gobierno!
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