martes, 19 de octubre de 2010

Enfrentan 83 % de veracruzanos "vulnerabilidad por carencia social" y pobreza

La mitad de la población de Veracruz, en pobreza multidimensional: Coneval

Rodrigo Vidal



Xalapa

El cambio climático pone en riesgo la vulnerabilidad alimentaria del país, principalmente en estados como Veracruz, donde se registra un alto grado de rezago social, pues el 83 por ciento de su población se encuentra en situación de “vulnerabilidad por carencia social” y pobreza multidimensional.

De acuerdo con el documento “Evolución de la Pobreza y Rezago Social para el Estado de Veracruz”, realizado por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), el 50.7 por ciento de la población veracruzana se encuentra en condición de pobreza multidimensional (de patrimonio, capacidades y alimentaria), extrema y moderada.

Un 33.2 por ciento cuenta con más de 2.3 carencias: rezago educativo, acceso a los servicios de salud, acceso a la seguridad social, calidad y acceso a la vivienda, accesos a los servicios básicos en la vivienda y acceso a la alimentación.

En el indicador de acceso a la alimentación, el 25.4 por ciento de los veracruzanos (1.84 millones), presenta carencias alimentarias, por lo que Veracruz se ubica por arriba de la media nacional que es de 21.6 por ciento.

Durante el IV Foro Nacional para la Seguridad Alimentaria y Nutricional, que organizó la Universidad Veracruzana a través de la Facultad de Nutrición, María del Rocío Peinador Roldán, directora de Normas y Métodos de Medición de la Pobreza del Coneval, presentó los indicadores de pobreza en el país y en el estado de Veracruz.

Explicó que una persona se considera en situación de pobreza multidimensional cuando presenta al menos una carencia social y no tiene ingresos suficientes para satisfacer sus necesidades.

En ese sentido, se estima que en México 23.1 millones de personas, es decir, el 21.6 por ciento de la población total, tenían carencia por acceso a la alimentación. De éstas, 16.6 millones vivían en condición de pobreza multidimensional, de las cuales 6.2 millones vivían en pobreza multidimensional extrema.

En Veracruz, 1.14 millones de persona viven en situación de pobreza multidimensional extrema (15.7 por ciento), y 2.57 millones en pobreza multidimensional “moderada” (35 por ciento). Sólo el 13 por ciento de la población (0.94 millones), se encuentra en una situación de bienestar, sin carencias y con un nivel adecuado de bienestar económico.

El grado de rezago social es muy alto en las poblaciones indígenas, donde el 75.7 por ciento de las personas que se encuentran en situación de pobreza multidimensional. También ahí se concentran las carencias en el acceso a la alimentación.

Cuando las condiciones de pobreza y carencias sociales comienzan a incidir en la alimentación de las personas, se tiene identificados tres etapas: primero ansiedad y preocupación, posteriormente la disminución de la calidad de alimentos, luego la reducción en la cantidad de alimentos y de ahí pasa a “prácticas inaceptables”, como delinquir.



Tendencias desfavorables

Tomando en consideración los indicadores de pobreza en el país y en el estado, y los pronósticos sobre el cambio climático para las distintas regiones de Veracruz, el panorama sobre la situación alimentaria y el impacto social no resultan favorables.

El tema del IV Foro Nacional para la Seguridad Alimentaria y Nutricional tuvo como tema este año El Cambio Climático y la Seguridad Alimentaria y Nutricional”.

Al respecto, Víctor Magaña Rueda, investigador del Centro de Ciencias de la Atmósfera de la UNAM, comentó que el cambio climático “pone en riesgo nuestra vulnerabilidad alimentaria, porque de por sí somos un país que importa muchos de sus alimentos y con cambio climático la productividad podría disminuir sensiblemente y hacernos mas dependientes”.

En primer término, el investigador, quien presentó la ponencia “Las evidencias científicas del cambio climático”, dijo que el reto del Estado es proponer acciones para alcanzar la autosuficiencia alimentaria, “que sea autosuficiente y menos vulnerable, aún bajo las variaciones que normalmente se presentan”, pero en ese sentido en México “todavía falta mucho por hacer”.

“El problema en el país es que no hemos centrado aquella estrategia de sustentabilidad que hemos pregonado por años, y de manera muy simple, la sustentabilidad tendría que ver con equilibrar lo económico, lo social y lo ambiental, para que esté en el mismo nivel, y todos sabemos que en el país no ocurre de esa manera, lo económico, lo macroeconómico, siempre aparece como prioridad seguido lejanamente por lo social y mucho mas lejanamente por lo ambiental”

De esta manera, “mientras tengamos ese desequilibrio en prioridades no vamos a poder aspirar a un desarrollo sustentable y los desastres van a ser más recurrentes y cada desastre va a generar más pobreza, y vamos a seguir en el círculo vicioso en el que el país no ha podido salir”.

En cuestión alimentaria, al dar prioridad al aspecto económico, los alimentos se rigen por la política de la oferta y la demanda, arriesgando el acceso a este derecho a los sectores más pobres, algo que deben regular los Estados.

“El mercado se regula en gran media por la oferta y la demanda y no podemos dejar que en cuestiones de seguridad nacional, como es la alimentación para la sociedad, se pueda dejar en situaciones de crisis a este libre mercado porque la experiencia es que, después del desastre los abusos aparecen con mucho más regularidad, tendríamos que considerar consecuencias de los desastres en ese sentido”.

Sin embargo, los sistemas actuales de producción de alimentos también contribuyen al fenómeno del calentamiento global, debido a la tala inmoderada de bosques y selvas. Esta vocación equívoca del uso del suelo requiere ser modificada.

“El mantener un bosque o mantener cierto ecosistema ¿qué beneficios le trae a la sociedad, cuántos beneficios traería convertirlo a agricultura? cuando se hace el balance el valor de los ecosistemas es enorme”, pero aclara que eso no significa que se deje de hacer agricultura.

“Lo que quiere decir es que, hay que definir dónde es más conveniente de realizar la agricultura, lo conveniente que es mantener los ecosistemas y aprender a valorarlos como parte de la riqueza que tomen los Estados, de otra manera vamos a estar pagando por los servicios que nos proporcionaban los ecosistemas”.



Alimentos para la gente

Junto a los problemas por el cambio en la temperatura que altera las temporadas de siembra y cosecha de alimentos, se suma el de la carrera por la producción de bio combustible con cereales de consumo humano, la crisis económica y el incremento en los precios de los alimentos.

María del Carmen Culebro Trejo, representante adjunta de la FAO en México, comentó que en el mundo existen 925 millones de personas desnutridas o hambrientas debido al aumento de los precios en los alimentos y la crisis económica mundial, al participar en la inauguración del Foro.

Considera que para el año 2050, la población mundial requerirá de un 70 por ciento más de alimentos de los que se producen actualmente, y esa meta no será posible alcanzar si no se modifican los sistemas de cultivo.

Pero no sólo la cantidad de alimentos es un problema, sino la accesibilidad a ellos. “Hay que pensar que la seguridad alimentaria significa que la gente tenga estos alimentos, que sea inocuo, y que esté en el tiempo siempre disponible y sea accesible, porque si van a los supermercados podrán decirles que ahí están los alimentos, pero a veces es que no hay acceso para ellos”.

Con la propuesta de generación de combustible a través de granos y cereales, el mercado comienza a mostrar interés por este “negocio”, poniendo en riesgo la segurida alimentaria.

En ese sentido insistió en que los biocombustibles sean con productos “que no compitan con los cereales, que no sean para consumo humano y puedan ayudar, se pueden producir biocombustibles, pero que no compitan con el maíz, con el trigo, con el sorgo”.

Pero eso deberá ser parte de las políticas que cada país tenga a partir de sus características particulares.

Sobre Veracruz, dijo que es uno de los estados más ricos que cuenta con los recursos suficientes para producir los alimentos, pero no hay accesibilidad para toda la población. Y la situación empeora con las inundaciones y las sequías, ya que la producción alimentaria puede disminuir.

Aún así, consideró que la entidad tiene el potencial y la vocación como productor de alimentos, sólo debe establecer programas más efectivos que ayuden a incrementar el volumen de producción ante el desgaste de los suelos.

Los retos para la seguridad alimentaria, de acuerdo con los expertos que participaron en el primer día del foro, obliga a los Estados a diseñar políticas integrales para aumentar la producción, garantizar el uso correcto del suelo, la preservación de los bosques y selvas, de los mantos acuíferos, la accesibilidad de los alimentos a toda la población, preservar aquellos que no se encuentran en la canasta básica pero que son parte de la dieta en comunidades indígenas, contrarrestar las prácticas que ocasiona el calentamiento global y disminuir los índices de pobreza.

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