Zona de Tolerancia
Rodrigo Vidal
La noche del martes me llegó la invitación para que este miércoles usara una prenda morada en recuerdo por todos los jóvenes que han cometido suicidio en las últimas fechas “debido a abuso por homofobia en sus hogares y escuelas”.
La homofobia (palabra que Felipe Calderón y hasta el Word, se empeñan en no reconocer), está llevando a muchas personas a la muerte, ya sea que el odio a las personas homosexuales impulse al asesinato o la presión familia y social sobre los jóvenes gays motive al suicidio, pero en cualquiera de los casos la situación es grave.
Si bien, la invitación a usar el morado nace de una cadena de jóvenes en Estados Unidos, amigos y familiares de aquellas y aquellos adolescentes que se han quitado la vida, en México también hay motivo para estar preocupados.
En los últimos 14 años, se han documentado más de 640 crímenes atribuidos a la homofobia en todo el país, según el informe de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal.
Poco o nulo registro se tiene de los casos de homofobia que se presentan en las escuelas en contra de adolescentes no heterosexuales. Sin embargo, según el “Análisis del acceso de las y los jóvenes a los servicios de salud y educación en la región metropolitana: un enfoque a partir de la diversidad sexual”, en el caso de la escuela, “el ambiente escolar es un factor que puede operar como barrera en el acceso, en la medida en que si las y los estudiantes tienen actitudes discriminatorias frente a compañeros(as) con preferencias sexuales diversas, posiblemente éstos tenderán a mimetizarse, a no demandar servicios con respecto a sus preferencias y en el peor de los casos, podría ser un factor que aliente la deserción escolar”.
En el estudio se muestran datos sobre el nivel de tolerancia que los jóvenes tienen hacia sus compañeros homosexuales, “el 16.6% de lo estudiantes evitaría tener contacto con un compañero homosexual o bisexual (incluyendo al conjunto de lesbianas, gay y bisexuales), pero de manera más dramática son los hombres quienes muestran una mayor resistencia, casi la cuarta parte de ellos no quisiera tener contacto con esta clase de personas”.
La práctica del bullying o la agresión (física o psicológica, o ambas) que cometen estudiantes sobre sus compañeros, está muy extendida y se trata de un problema en el que las autoridades educativas no han querido meterse.
La situación se agrava cuando el joven víctima de la burla tampoco encuentra protección en su familia, entonces se toman decisiones como quitarse la vida.
La explicación del morado para este movimiento es porque, “el morado representa el espíritu de la bandera LGBT y es exactamente lo que queremos tener con ustedes: espíritu”.
Y el uso del morado no es una manifestación de homosexualidad, “simplemente significa que apoyan la causa de la comunidad LGBT, y que estas en contra de la homofobia”, señala el comunicado extendido en Facebook.
Estoy convencido que es la organización civil la que logra hacer los cambios, y hoy más que nunca está claro estos cambios de actitud no se gestarán desde el gobierno, sino desde abajo, en esta y otras luchas que todavía se mantienen por mejorar las condiciones de cada uno de los mexicanos. Vale la pena comenzar y hacer el intento.
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