martes, 28 de septiembre de 2010

Turismo ambivalente

Zona de Tolerancia

Rodrigo Vidal

El turismo se ha convertido en un motor clave del progreso socioeconómico de muchos países. De acuerdo con la Organización Mundial de Turismo, organismo de la ONU, “el turismo mundial guarda una estrecha relación con el desarrollo y se inscribe en él un número creciente de nuevos destinos”.

El negocio que representa el turismo “iguala o incluso supera” las ganancias de las exportaciones del petróleo, de productos alimentarios o automóviles. “El turismo se ha convertido en uno de los principales actores del comercio internacional, y representa al mismo tiempo una de las principales fuentes de ingresos de numerosos países en desarrollo”, indica la OMT.

Pero, como toda industria en rápida expansión, su crecimiento ha sido desmedido en muchos lugares (la ribiera Maya y algunos destinos del estado de Veracruz son ejemplo), generando un daño ecológico que supera cualquier beneficio. En otros, queda limitado a un turismo exclusivo que ni siquiera los nacionales tienen posibilidades económicas de poder disfrutar de esos destinos.

Como organismo de las Naciones Unidas dedicado al turismo, la OMT insiste en que los países en desarrollo pueden beneficiarse especialmente del turismo sostenible y actúa para que así sea.

Pero los grandes capitales poco interés tienen por preservar el medio ambiente de los países en desarrollo donde deciden invertir en infraestructura turística. Así pues, en Quintana Roo hay ejemplos claros de daños a zonas de manglar y arrecife que sufrieron daños debido a la actividad turística.

Lo mismo ocurre en Veracruz, donde selvas, bosques, pero principalmente ecosistemas tropicales, han sido depredados por establecer corredores turísticos. A principios de año se lanzó una alerta para evitar que desaparecieran las dunas de la playa Chachalacas, donde pretenden construir un complejo turístico.

Fenómenos naturales como el huracán Karl hacen evidente que el ser humano se estableció en zonas indebidas, que tarde o temprano la naturaleza reclamaría. Establecer y hacer valer las normas y políticas que garanticen un turismo sustentable es un deber de las autoridades y la sociedad, en las ciudades, las comunidades y los ejidos, debe estar vigilante que ello ocurra.

Aun cuando la expansión general del turismo en los países industrializados y desarrollados ha sido beneficiosa, en términos económicos y de empleo, para muchos sectores relacionados, hay ejemplos irresponsables de destrucción a ecosistemas, arriesgando la preservación de la flora y fauna de los lugares.

Según la OMT, en 2009 el turismo internacional generó 852 mil millones dólares en ingresos por exportación; además prevé un crecimiento en llegadas de turistas internacionales de entre tres y cuatro por ciento en 2010 y para el año 2020 se prevé que las llegadas internacionales superen los 1.500 millones. Una industria que tiende a crecer con el riesgo de volverse potencialmente destructiva para el ambiente.

Corazón mío
El pasado domingo se celebró el Día Mundial del Corazón, y a diferencia del 14 de febrero, esta efeméride es para recordar la importancia de este órgano tan importante. Las enfermedades cardiovasculares (como el infarto de miocardio y el accidente cerebrovascular) son las más mortíferas del mundo, no en vano se cobran 17.1 millones de vidas al año.

Con las actividades organizadas cada 28 de septiembre, Día Mundial del Corazón, se intenta que el gran público conozca mejor los métodos para reducir al mínimo los factores de riesgo, por ejemplo mantener el peso corporal controlado y hacer ejercicio regularmente. Así que, a cuidar sus corazones.

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