Ninis

Zona de Tolerancia


Rodrigo Vidal

“No somos ninis, el Estado no genera las condiciones de trabajo, ni de empleo, los jóvenes no somos responsables de su ineptitud”. Esa era la leyenda que un joven portaba en una cartulina durante una manifestación que diversas organizaciones civiles realizaron frente al Instituto Mexicano de la Juventud (Imjuve), para exigir la renuncia de Priscila Vera, titular del organismo.

La foto fue publicada por el periódico La Jornada y acompaña a la nota de la manifestación que se realizó para acusar a la titular del Imjuve de operar con “indiferencia e irresponsabilidad” esa institución “al no garantizar que los procesos políticos fueran transparentes y democráticos, en la pasada Conferencia Mundial de la Juventud”, realizada en agosto pasado, en León, Guanajuato.

Pero independientemente del contenido informativo de la nota, lo que me motivó a reflexionar fue la fotografía del joven que contesta de esa manera a una serie de declaraciones oficiales y particulares, que ha sembrado entre la juventud un nuevo estigma: el de ser “ninis”.

Este término se aplica a aquellos jóvenes que no estudian ni trabajan, y que en el peor de los casos, caen en la tentación del dinero fácil al trabajar con bandas de delincuencia organizada y comienzan a delinquir.

Pero lo que nadie ha dicho con precisión -con los pelos de la burra en la mano, dijera mi abuela-, es, si todos aquellos que no estudian y trabajan lo hacen por voluntad propia, porque una mañana cualquiera de sus aún cortas vidas se levantaron de la cama y decidieron dejar de asistir a la escuela y jurarse nunca trabajar.

O cuántos de esos “ninis” se encuentran en esa situación de manera forzada, sin oportunidades de estudio ni de encontrar un empleo. O cuántos son de uno o de otro caso, o de otros casos que quizá ignoremos.

Recordemos que en Veracruz casi 10 mil jóvenes fueron rechazados para ingresar a la Universidad Veracruzana. A más de un mes de que los resultados se hicieron públicos ¿qué ocurre con esos jóvenes? ¿Cuántos ingresaron a otra institución educativa? ¿Cuántos dejarán de estudiar este año? ¿Alguno pensará en trabajar? Pero con formación de preparatoria ¿a qué trabajos podrán aspirar?

Si “el Estado no genera las condiciones de trabajo, ni de empleo”, ni de estudio, para este sector, entonces qué opciones les quedan a los jóvenes. Recordemos que el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred), hizo un llamado el mes pasado para atender a la juventud mexicana, pues era el sector social que más discriminación enfrentaba, y pese a esto, todavía les da para cargarles más estigmas.
Al “apodar” el desempleo y la falta de oportunidades de estudio en el sector joven con el término “ninis”, las autoridades que lo mencionan se lavan las manos para no asumir la responsabilidad que tienen de garantizarles estos derechos. Es más fácil decirles parejo “ninis” que reconocer que son jóvenes con estudios coartados y desempleados, sin oportunidad de desarrollo ante estas dos condicionantes. “Los jóvenes no somos responsables de su ineptitud”.

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