viernes, 10 de septiembre de 2010

¡Se los lleva la tristeza!

Más jóvenes optan por el suicidio


Rodrigo Vidal

Xalapa, Ver.- En la última década incrementó la cantidad de suicidios en adolescentes y jóvenes con estado depresivo o consumidores de alguna droga, lícita o ilícita, por lo que Veracruz ocupa el lugar número 19 a nivel nacional en casos de suicidios consumados.

De acuerdo con Rubén Torres Martínez, coordinador estatal de Salud Mental de la Secretaría de Salud, existen múltiples causas que llevan a una persona a tomar la decisión de quitarse la vida, pero la depresión se encuentra en el 80 por ciento de los casos de suicidio, mientras que el consumo de alcohol en un 10 por ciento.

La presión social, la competencia, ser parte de una familia disfuncional, problemas socioeconómicos, la desesperanza, también son factores que pueden influir en una persona para que decida suicidarse.

Explicó que las formas y características de los suicidas, es decir, el mecanismo y las condicionales suelen ser las mismas, aunque tienen algunas variaciones de acuerdo a la edad: los jóvenes de entre 15 y 35 años (el grupo de población donde se nota el incremento en los casos), suelen suicidarse por depresión y por un sistema de competencia; los adultos de entre 40 y 45 años por problemas socioeconómicos y alcoholismo.

Aunque menos frecuente, pero las personas mayores de 60 años que se quitan la vida, suelen hacerlo por la desesperanza que les genera el abandono o alguna enfermedad. En cada caso, explica, se pueden aplicar medidas de “contención” del suicidio, pues el fenómeno como tal no se puede erradicar, “ha existido a lo largo de la historia de la humanidad”.

En el caso de las formas del suicidio, no ha variado mucho con el pasar de los años ni a pesar de las diferencias culturales. Existe un estudio sobre el suicidio en la sociedad francesa de finales de siglo XIX, que, comparado con estudios recientes, revela que el mecanismo de los suicidas suele ser el mismo en esa época que la actual.

El ahorcamiento y el uso de arma de fuego, en los hombres y la intoxicación en las mujeres, son las maneras más comunes de quitarse la vida en estos días, como lo era en Francia hace más de un siglo.

Si acaso, el uso de arma de fuego sea más común en zonas urbanas y el ahorcamiento en áreas rurales. Donde si existen diferencias es en el indicador de género: las mujeres lo intentan más, pero son los hombres quienes lo consiguen con más frecuencia.

El titular del área de Salud Mental de la Secretaría de Salud comenta que esto se debe a que por naturaleza el hombre suele ser más agresivo, contra los demás y contra sí mismo, por lo que sus métodos de suicidio son más efectivos.

En cambio, las mujeres suelen tomar el suicidio como una forma de reclamar atención, de ahí que consuman pastillas o se corten el antebrazo, lo cual deja posibilidades de sobrevivencia y es posible que ellas no vuelvan a intentarlo, a diferencia del varón que fracasa en su intento de suicidio, pues es común que lo consiga en un segundo intento en un lapso de seis meses.
“Por eso se les debe dar un tratamiento de un año a los hombres que fracasan en un intento de suicidio, porque lo volverán a hacer en los siguientes seis meses, y con seguridad lo conseguirán”.
"Me quiero suicidar"
Por lo regular, el 50 por ciento de las personas que se suicidan comentaron que tenían la intensión de hacerlo, “es un grito de ayuda, no piden consuelo, que les digan que todo va a estar bien, necesitan ayuda”.

En esos casos, el funcionario recomienda comenzar un tratamiento que puede incluir hasta el internar al paciente. “Suena exagerado, pero alguien que dijo que quiere suicidarse es porque algo le ocurre, y en algún momento lo intentará, hay que contener la intensión”.

En los casos de aquellos que no lo mencionan, existen indicadores a los que la familia debe poner atención y el más común es el cuadro depresivo, seguido por el consumo de drogas, que pueden ser el alcohol, tabaco y aquellas ilícitas.
Pero, es la depresión la que se encuentra presente en la mayoría de los casos de suicidio, aunque recuerda que no es el único factor. “La depresión es la más democrática de las enfermedades”, pues cualquiera puede deprimirse, sin importar edad, sexo o condición social.

Sola con mi soledad
Una de las explicaciones que ofrece para entender el crecimiento del número de suicidios en adolescentes y jóvenes es “el incremento de la soledad”, que facilita estados depresivos.

También el sistema de competencia que antes era característico de países desarrollados como Estados Unidos y Japón, donde los jóvenes viven bajo una carga de estrés generada por el sentido de ser mejores, no perder el trabajo o incrementar sus ingresos, y que hoy se pueden observar en las ciudades grandes del país, como el Distrito Federal.

Torres Martínez explicó que cuando el nivel de competitividad o los resultados no se alcanzan, se genera un grado de frustración y desesperanza que, aunado a otros factores como la soledad, la falta de apoyo familiar o de amistades, llevan a una persona a cometer suicidio.

Ese fenómeno resulta nuevo en nuestro país, pero ya está generando bajas al igual que en los Estados Unidos y Japón. Pero tampoco hay preponderancia para determinado trabajo, pues insiste “no hay una causalidad, sino múltiples causas”.

Sólo que ahora se conjuntan más elementos en la lista de factores que inciden en el suicidio. Pero también como existen aquellos que lo detonan, “hay factores sociales que ayudan a las personas” para evitar que se quiten la vida.

Familia vs suicidas
“El matrimonio inmuniza el suicidio”, dice Rubén Torres, y las buenas relaciones familiares también contribuyen a fortalecer la formación de los adolescentes, pero este “ingrediente” no funciona per se sobre las mentes suicidas, es necesario que se conjuguen una serie de factores que “contengan” el suicidio.
El funcionario considera como “factores protectores” para evitar el suicidio habitar en un grupo familiar “estable, cohesivo y solidario”, que no es exclusivo de las familias tradicionales o nucleares; y en el caso de los adolescentes y jóvenes, que estudien, que no consuman algún tipo de droga, legal o ilícita.
“La familia es una contención”, siempre y cuando haya reciprocidad y afecto, “no importa el tipo de familia, son los lazos afectivos” los que contribuyen a generar un buen ambiente para sus integrantes.

“Si alguien tiene un cuadro depresivo, es más fácil sobrellevarlo y superarlo con el apoyo de una familia que solos”. Pero puede ocurrir lo contrario si se trata de un lugar disfuncional, conflictivo y de violencia constante.

Suicidio sobre ruedas
La Secretaría de Salud cuenta con un esquema de “contención” del suicidio, en el cual ofrecen tratamiento a personas que atraviesan por diversos factores que los puede llevar quitarse la vida. Incluye aquellos externos al individuo, como las señales de vialidad.

“Nosotros vemos también la contención con respecto al tránsito, con la instalación de topes, señalamientos de vialidad, semáforos”, pues en los accidentes vehiculares los jóvenes pueden cometer un “suicidio encubierto”.

El funcionario explica que muchos jóvenes, con tendencias suicidas y bajo los influjos del alcohol, conducen sus vehículos a alta velocidad para generar un accidente en el cual pierdan la vida y finalmente no aparece como suicidio, pero si hubo una intencionalidad de morir.

El mito del suicidio
El pasado miércoles el joven de 18 años, Arturo Casas Ángel, se suicidó por ahorcamiento en el interior de su casa. El cadáver que colgaba de un cordón atado a una viga, fue encontrado por María de Jesús Ángel Reyes, madre de Arturo.

El joven atravesaba por un cuadro depresivo luego de que su pareja lo abandonó. Ya vivían juntos y ella se encontraba en el tercer mes de embarazo. Los hechos ocurrieron en la colonia Higueras, de esta ciudad de Xalapa.

Es la víctima de suicidio más reciente en la capital del estado. “La muerte de un joven representa mucho para la familia, es difícil que lo asimilen y se queda en ella el mito del suicidio”, que se convierte en un factor para que alguien decida a hacerlo, explica Rubén Torres, coordinador del área de Salud Mental de la SSA.
“El mito del suicidio se queda impregnado en la familia y puede volver a ocurrir”, por lo que recomienda que todos los miembros reciban tratamiento, “para ellos es un evento sumamente trágico, dramático y doloroso”.
Pero tratándose de jóvenes suicidas es mayor, con un impacto no sólo al interior de su familia, sino en la comunidad, porque la muerte de una persona menor significa la pérdida de estabilidad en una sociedad que apostó en ese joven una educación y la esperanza de “generar” a un adulto productivo que contribuya al desarrollo.
En los últimos seis años la Secretaría de Salud ha prestado más atención a la contención de suicidios atacando diversos flancos, como el de las adicciones y los problemas de depresión mediante el Centro de Atención Primaria de Adicciones y los 11 módulos de Salud Mental distribuidos en las cabeceras de las Jurisdicciones Sanitarias del estado.

Además, la Secretaría de Salud cuenta con una línea de “intervención de crisis” con un teléfono gratuito donde atienden a la población las 24 horas del día: 01 800 26 03 100 y en Xalapa al 8 14 55 65.
Mediante esta línea de trabajo, detectan a pacientes con depresión y adicciones para tratarlos, aunque el suicidio no se va erradicar, pero es posible contenerlo.

No hay comentarios:

A mi me gusta la Zona