¿Policía o polecía?

Zona de Tolerancia


Rodrigo Vidal

El debate sobre la unificación de los cuerpos policiales en el país es otra lucha por controlar el poder. Detrás de los cientos de declaraciones sobre el tema que se generaron en las últimas semanas, hay un discurso de poder.

Los políticos, en este caso quienes gobiernan o van a gobernar, aprovechan el reclamo general de la sociedad por reestablecer el orden público y la seguridad en este país cada vez más caótico. Por eso introdujeron el tema de la unificación de los cuerpos policiacos, como “la solución” al complejo problema de inseguridad nacional, en el que Veracruz también aporta su porción.

Sin embargo, detrás de ese discurso se esconde una intensión mezquina: mantener el control de las fuerzas públicas de seguridad, no precisamente por el bien común. Los gobernadores, convertidos en virreycitos, saben que perder el control de sus cuerpos de seguridad los deja vulnerables, les reduce considerablemente su poder.

Cada virrey en su entidad quiere tener “su” propia policía para los fines que ya todos sabemos, y no son precisamente los de resguardar a los ciudadanos, de lo contrario no serían las corporaciones policiacas las que encabezaran la lista de quejas en las comisiones estatales de Derechos Humanos.

La intimidación, la persecución, la tortura, la protección a funcionarios, son algunas de las actividades encargadas a las policías que le guardan fidelidad al gobernador en turno y no a los que enfrentamos la inseguridad en las calles todos los días. Es más, en varios casos los policías resultaron ser parte de esa inseguridad de la cual pedimos que nos cuiden.

¿Policía unificada o policía regionalizada? La respuesta es sencilla: ¡mejor policía!, con lo que eso implica en materia de profesionalización, que estén mejor preparados; honestidad, respeto a los derechos humanos, eficiencia y eficacia, y ¡bien pagada!

Basta de simulaciones, pues tampoco al mejorar los cuerpos policiales o al unificarlos se tendrá “la solución” para la inseguridad, la apuesta, no la digo yo, la retomo de varios académicos e investigadores, está en la educación, el empleo y en cerrarle el paso a la corrupción en todos los niveles.

La cuerda al cuello
El suicidio se convierte en un fenómeno que crece y afecta principalmente al sector joven de la población, no sólo de nuestro estado, sino del país y del mundo. Es una causa cada vez más común de muerte prematura, la buena noticia es que es prevenible. Este día se celebra el Día Mundial para la Prevención del Suicidio.

Según la Organización Mundial de la Salud, cada día hay en promedio casi tres mil personas que ponen fin a su vida, y al menos 20 personas intentan suicidarse por cada una que lo consigue.

El llamado de la OMS es a que los gobiernos elaboren marcos normativos para las estrategias nacionales de prevención del suicidio, que se deben plasmar en programas de prevención y actividades comunitarias.

No se trata sólo de “algún cobarde” que no tuvo el valor para seguir viviendo. Las causas del suicidio son multifactoriales y debemos tenerlas presentes para poder identificarlas antes de que sea demasiado tarde.

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