Por Rodrigo Vidal
Mentiría si digo que la temporada de Todos Santos, Fieles Difuntos o Día de Muertos, no me gusta. Es de las mejores del año por todo lo que implica. Por la riqueza cultural de la tradición en cada rincón del país donde se celebra, como la Huasteca o el Totonacapan.
Por el recuerdo de los que ya murieron; por el aroma a incienso, chocolate y mole; a cempasúchil, mandarina, naranja y pan. Por lo distintos tipos de tamales que se preparan: frijol, picadillo, calabaza con camarón, rojos, verdes, pintos, púlacles, hasta bollitos de elote.
Por la visita a los panteones, que en estos días se llenan de vida entre tanta muerte, de cantos, de música y rezos; de platicar con los difuntos, de contarles las buenas nuevas y las malas también, aunque ellos ya lo sepan, o de ir por ellos para llevarlos a casa ante el altar, lleno de color y con los platillos que tanto disfrutaron en vida.
Porque la gente comparte la ofrenda. Porque se truenan cohetes (aunque esté prohibido). Por eso me gusta esta fecha.
Ahora que si de morir se trata, vale la pena considerar prepararnos para ese momento, y no porque vayamos a morir mañana, pero como dicen en mi pueblo “uno nunca sabe cuándo le toca”, y es mejor que el día que llegue ese momento estemos preparados.
Si usted, amable lector-lectora, no ha pensado en la manera que le gustaría que se deshicieran de sus restos, es tiempo de hacerlo. Cremados o enterrados, como sea, pero es conveniente comenzar a contratar esos servicios pagando por adelantado, pues aquí si es seguro que los va a necesitar y no estará pagando por un servicio inútil.
En algunos panteones municipales aceptan el apartado y, por otra cantidad mayor en los particulares les ofrecen hasta un seguro para gastos funerarios. También es necesario que al contratar con una funeraria pregunte cuáles son las condiciones del servicio, para que no le vaya a pasar como al gallero Dionisio Pinzón, de la película El Imperio de la Fortuna (1985), dirigida por Arturo Ripstein, que se compró un ataúd tan perfecto, con un hermoso labrado, de lo más caro y fino que pudo encontrar -siempre con el recuerdo del día que tuvo que sepultar a su madre envuelta en un petate y con el temor de que a él le ocurriera igual-, que el día de su muerte el sepulturero, al ver tan bello trabajo en el ataúd, prefirió echar al gallero al hoyo envuelto en un petate; ni modo de enterrar un trabajo tan bonito.
Procure tener a la mano también copia de todos los documentos personales: credencial de elector, acta de nacimiento, acta de matrimonio (o divorcio, para que no los vayan a enterrar juntos), y los documentos del lote y el servicio funerario. Y ahora sí, a morir tranquilo.
Riesgo y placer
Una aventura es más bonita, y con condón más segura. Quién no recuerda (para bien o para mal), su primera vez, es decir, su primera relación sexual.
Luego del ejercicio mental y todo lo que implicó, ahora recuerde si fue con condón. Resulta que uno de cada tres estudiantes de escuelas públicas de Educación Media Superior (de prepa en adelante), confesó haber tenido relaciones sexuales, de los cuales el 71 por ciento lo hizo en el último año (un período entre 2007 y 2008). El tres por ciento, principalmente alumnas, admitieron que su primera vez fue “a fuerzas” o por miedo a perder a su pareja. Pero en la mayoría de los casos, la primera vez fue sin condón.
No hay que confiarse, aunque la cifra en México (de casi 200 mil infectados por VIH-Sida), permanece “relativamente estable”, según la Subsecretaría de Prevención y Promoción a la Salud, sigue en aumento y afecta principalmente a mujeres, jóvenes y pobres.
Notas por copeo
- ¡Ah qué gusto da leer a Xóchitl Gálvez! Esto lo leí en La Jornada. Una nota sobre la conferencia que la ex titular de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas ofreció ante estudiantes del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, donde les aconsejó: “si se van a dedicar a la política no sean mediocres ni ratas; robar es malo, pero robarle a los jodidos, aunque se confiesen, se van al infierno. No sean mamones, sean medio ojetes, pero mamones no”.
También recordó sus tiempos en el gobierno de Vicente Fox, donde “vi tanto pendejo que me arrepentí de no haber sido secretaria. En serio, decían tantas estupideces, y muchos eran del Tec de Monterrey, ¿eh?”.
Y se acordó de algunos funcionarios, como el entonces secretario de Hacienda, Francisco Gil Díaz, de quien aseguró: “le gustaba ser mamón, disfrutaba ser mamón”; o el actual gobernador de Jalisco, Emilio González Márquez, “a quien le valían madre los jodidos y en más de una ocasión amenacé con exhibirlo ante la prensa” si no atendía a los pueblos indígenas. “Así entendió el cabrón; los gobernantes sólo entienden a periodicazos, como los perros”.
- Seminaristas al psicólogo, es la nueva propuesta del Vaticano para identificar pederastas en potencia pero también para sacar a homosexuales de la Iglesia. “La Iglesia tiene la obligación de discernir una vocación y la idoneidad de los candidatos para el sacerdocio”, estableció la Congregación para la Educación Católica del Vaticano en el escrito difundido, el tercero en su tipo desde que se desataron los escándalos por sacerdotes pederastas hace seis años.
Comentarios, quejas, sugerencias y calaveras trasnochadas, dirigirlas a: rodrigovp76@gmail.com