Mujeres y violencia 2, lesbofobia

Zona de Tolerancia

Por Rodrigo Vidal

Con motivo del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, compartí cifras que el INEGI, a través de la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH 2006), daba a conocer y que representaban una radiografía del problema de la violencia contra las mujeres en el país. En esta ocasión hablaremos igual de mujeres, pero en especial de las que sienten atracción erótico-afectiva hacia personas de su mismo sexo.

Una organización civil denominada Musas de Metal, realizó un trabajo que permitió identificar situaciones de discriminación por género y orientación sexual hacia mujeres lesbianas y bisexuales, que arroja cifras que dan cuenta de otros tipos de violencia hacia ellas.

El informe presenta 22 entrevistas hechas a mujeres lesbianas, bisexuales y transgéneros, en las cuales, ellas muestran los “incidentes” que cotidianamente enfrentan en una sociedad machista, homofóbica y con desigualdades económicas.

Y tome nota de los resultados: de los 203 incidentes discriminatorios reportados por las 22 entrevistadas, más del 29 por ciento se llevó a cabo en el seno familiar (la tendencia de la violencia en casa contra las mujeres se mantiene alta, al grado de ser la principal); cerca del 23 por ciento en los espacios públicos, 16 por ciento en la escuela y 12 por ciento en el trabajo.

Incluso aparecen instituciones importantes que lamentablemente son cómplices de la discriminación, como la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el Instituto Politécnico Nacional (IPP), la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) y la Cruz Roja, donde las lesbianas, bisexuales y mujeres transgénero no encuentran igualdad ni siquiera dentro de la comunidad homosexual masculina.

El machismo está presente hasta en la llamada comunidad gay. Los varones homosexuales o los hombres que tiene sexo con otros hombres (HSH), tienden también a estigmatizar a las mujeres homosexuales. Incluso, el término “lesbiana”, se pronuncia constantemente de manera peyorativa, más para ofender que para diferenciar una orientación sexual.

En los relatos del informe, las entrevistadas revelan que las competencias de la Ley Federal para Prevenir y Eliminar la Discriminación y el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred), aún están “muy limitadas”, de manera que gran parte de las víctimas no confía en dicho organismo gubernamental, que por cierto, sigue acéfalo.

El reconocimiento a los derechos de todos y todas como seres humanos, sin duda nos facilitará como sociedad a cerrar la brecha de desigualdad entre hombres y mujeres, que en mucho se acentúa cuando entran factores como la orientación sexual distinta a la heterosexual.

La equidad de género se logrará sólo en estas condiciones de reconocimiento de las diferencias y el respeto a las mismas. El Gobierno del Distrito Federal anunció un programa para 2009 que atienda la violencia familia motivada por la orientación o identidad de género.

La organización Semillas, Sociedad Mexicana Pro Derechos de la Mujer, considera que de acuerdo al informe, la lesbofobia está “tan diluida”, que ni las mismas activistas se percatan de sus efectos, y eso seguirá mientras las estructuras de poder ubiquen a la cultura desde la heterosexualidad como la única vía.

Comentarios, quejas y sugerencias dirigir a: rodrigovp76@gmail.com