domingo, 31 de agosto de 2008

Quitadas de la pena

Zona de Tolerancia
(versión extendida)

Por Rodrigo Vidal

En abril de 2007 celebré la decisión que tomó la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF), para despenalizar el aborto voluntario hasta las 12 semanas de gestación, por esa razón cuando la Procuraduría General de la República (PGR), y la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CND), presentaron una acción de inconstitucionalidad ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación en contra de la reforma, pegué un grito en el cielo, por dos razones:

Primero, porque la PGR en lugar de estar atenta a los procesos judiciales sobre la delincuencia, el crimen organizado y la corrupción al interior de sus filas, prefería litigar sobre la incostitucionalidad de un tema que obedecía más a la presión de los grupos conservadores que se mantienen en el poder mientras se negaba a iniciar juicios contra los verdaderos violadores de la Constitución –como por ejemplo el caso de los Contratos de Servicios Múltiples, que poco a poco permitieron la entrada de capitales privados extranjeros en la explotación del petróleo mexicano-.

También quedé patidifuso por la manera misógina y conservadora en que seguía operando la CNDH, luego de fallar en contra de la queja presentada por violación en el caso de Ernestina Ascencio, anciana indígena de Zongolica, que antes de morir declaró haber sido violada por militares –caso al que se suman otros cuatro en esa misma región, con características similares-, apoyando la “gastritis crónica” diagnosticada por el presidente Felipe Calderón.

Pues luego de eso la CNDH se encontraba luchando contra la libre determinación de las mujeres a decidir sobre su cuerpo. Y es precisamente ésta la segunda razón por la que cuestioné la demanda de incostitucionalidad de la PGR y la CNDH, a cargo de dos “hombres”, pues se estaban metiendo en un asunto exclusivo de mujeres.

Este 28 de agosto, que la SCJN falló a favor de declarar constitucional la despenalización del aborto voluntario hasta las 12 semanas de gestación en el DF, creí necesario celebrar de nuevo el “triunfo de la razón sobre los prejuicios”, y el derecho de la mujer a decidir sobre su cuerpo.

Pero a un año y cuatro meses de que la ALDF aprobó la despenalización del aborto –que en su momento respaldé y aplaudí-, aprovecho estas líneas para hacer un importante pronunciamiento: ahora estoy en contra del aborto... (guarde, amable lector, un minuto de silencio en lo que se recupera de la impresión).

Antes de seguir aclaro lo siguiente: ni sufro de trastorno bipolar, ni me reencausé en el catolicismo (¡Dios me libre!), ni pertenezco al Yunque u otra institución ultraconservadora y de extrema derecha, ni fundé una nueva secta religiosa que luche contra las endemoniadas minifaldas y los herejes escotes.

Estoy en contra del aborto porque, cuando una mujer ha llegado a la decisión de interrumpir su embarazo es porque ya fue víctima de algún abuso sexual, o de la mala, poca o nula, educación sexual que persiste en nuestro país, y eso sigue siendo un crimen.

Si la PGR, la CNDH, el Gobierno Federal, la Iglesia, y demás prejuiciosos, quieren evitar que ocurran abortos en México (cosa que yo también quiero sin pertenecer a nada de los arriba mencionados), entonces que comiencen por diseñar una verdadera y efectiva política de prevención y educación sexual, que permitan a los jóvenes disfrutar plenamente, con seguridad y responsabilidad su sexualidad.

Dejemos atrás los tabúes que han satanizado el disfrute sexual. El ser humano es sexualidad. La finalidad del sexo no se cierra sólo a la reproducción. Los beneficios del sexo responsable y seguro son múltiples en el organismo. El inicio del ejercicio de la sexualidad a temprana edad es una realidad que no pueden negar las autoridades, por lo tanto los jóvenes tienen que estar mejor informados para evitar no sólo embarazos no deseados, sino el contagio de múltiples enfermedades venéreas y Sida.

Acabemos con los abortos producto del abuso contra la mujer y de la ignorancia que aún persiste en materia de sexualidad. Al final de cuentas, son ellas quienes asumen la consecuencia de sus actos.

Ahora que la SCJN abrió la posibilidad para que los estados legislen en materia de despenalización de abortos, como ya se propuso en Veracruz, cuidemos que a la par se refuercen las políticas de prevención y educación sexual, alejadas de posturas religiosas y prejuiciosas que tanto daño hacen.

De los parroquianos
Desde Cazones de Herrera hicieron un comentario sobre la nota de la falta de agua en Cerro del Mesón, el único ejido que tiene Poza Rica. “En lo que se refiere al servicio si es lamentable que, no sólo en Poza Rica sino en muchos lados, la falta del servicio de agua potable sea ineficiente o no exista. Por ejemplo aquí en Cazones, hay mucho de eso, recuerdo hace unos años hubo una escasez de agua tremenda. Estuvimos como dos años con ese problema, y sólo nos llegaba agua uno que otro día. Estuvo feo. Ahora me imagino cómo han de haber estado las personas de las rancherías, ya que allá el servicio está más rezagado.

Lo que me pone en que pensar es la persona que les vende el agua, como va a estar usando la desgracia de la gente para obtener unos cuantos pesos; es injusto y reprobable ya que el agua es de todos, que él tenga un pozo no es sinónimo de que se vuelva dueño del agua, por eso deberían de checar eso y pues ojalá cambie la forma de hacer las cosas el Gobierno y en verdad tenga prioridades más sociales”.

Comentarios sexosos y sociales dirigirlos a: rodrigovp76@gmail.com o ponerlos aquí abajo.

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