viernes, 19 de junio de 2009

Músicos y canciones

Zona de Tolerancia
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Por Rodrigo Vidal

¿Lo mismo pero más barato? Dicen los candidatos de todos los partidos políticos, todos, que debido a la crisis económica que afecta al país, realizan campañas austeras, con el mismo entusiasmo, pero con menos recursos económicos que en otras elecciones; entonces sus campañas genérico-intercambiables o similares, son de propuestas, de soluciones a los “grandes problemas del país”, sin embargo suenan igual, a lo mismo, pero más barato.

Y sin lugar a duda, lo que menos existe son propuestas. Cada candidato tiene una lista similar a una carta de buenas intensiones –más seguridad, más empleo, más cercanos a la gente, más atención médica, más infraestructura, más, más y más-, sin que alguno de los puntos signifique una propuesta real de lo que un legislador tendrá que hacer en el Congreso.

Es más, aún se presentan como “gestores sociales” de sus distritos, cuando esa figura no existe dentro de las facultades y obligaciones de los diputados, contenidas en la Constitución (Artículo 73), y de esa manera ofrecen pavimentar, engravar o acondicionar caminos, aumentar el número de personas en los padrones de los programas sociales, ofrecen mejorar servicios públicos como el agua o la energía eléctrica, sin dejar la repartición de despensas, entre otras ofertas políticas.

De lo que si están plagadas las campañas son de basura electoral, contaminación visual –y que pasarán meses después de la elección antes de que sea retirada-, y auditiva. Repetidamente vemos la cara de los candidatos sonrientes, aunque poco sonrían en su estado natural, y trabajados en photoshop; pero ya ni se diga de las clásicas canciones con arreglos en la letra para que embone a la perfección con la personalidad del producto a vender, denominado candidato.

Así que, las propuestas se catafixian por temas guapachosos, con música que invita a mover el bote, pero no el voto. Las propuestas de los aspirantes a legisladores se convierten en canciones y los temas musicales del momento se transforman en promesas de campaña con un poco de swing.

¿Y la solución a los “grandes problemas del país”? Esas, terminan por convertirse en estribillos de canciones de un disco rayado.

¿Bond, Jaime Bond?
Ahora si, el espionaje se institucionaliza y se convierte en facultad exclusiva de la PGR. Ayer la Procuraduría General de la República emitió el acuerdo por el que se delega a los titulares de tres subprocuradurías y de la Visitaduría General las facultades para intervenir comunicaciones privadas, de acuerdo con lo publicado en el Diario Oficial de la federación.

Corresponderá a las subprocuradurías de Control Regional, Procedimientos Penales y Amparo, de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada, y en Delitos Federales solicitar el espionaje de las comunicaciones ante el Juez Federal Penal Especializado en turno, así como sus prórrogas.

Entonces, “el cuerpo técnico de control de la SIEDO será quien realice la intervención de las comunicaciones, informe de forma periódica al Ministerio Público los resultados y transmita las transcripciones, cintas de audio y video grabados para efecto de la averiguación previa”. ¡Ah!, pero hay de aquel servidor público que dé a conocer sonidos o imágenes captadas, proporcione copia de las transcripciones, porque ¿sabe qué le pasará?, pues será sujeto a las sanciones administrativas y penales, señaladas en las leyes Orgánica de la PGR y Federal de Responsabilidades Administrativas de los Servidores Públicos, y el Código Penal Federal.

Clarita, la invitada non grata
Dicen las reglas de urbanidad, que si eres invitada de la fiesta, no debes portarte como protagonista de la misma, luego entonces, el anfitrión o anfitriona –cumpleañero o cumpleañera, recién casados, bautizado o difunto-, siempre ocupará el lugar principal de la reunión.

Pues justo esa regla olvidó la diputada local Clara Celina Medina Sagahón, ahora que estuvo el gobernador Fidel Herrera Beltrán en Poza Rica, y se encargó de apapachar al mandatario cuantas veces podía, y de darle recados, y de subir a personas a la tarima para que saludaran a Tío Fide, situación que molestó al anfitrión: el alcalde Pablo Anaya.

Así que de manera diplomática, el alcalde le dijo a la diputada que se aplacara pues el que organizó la fiesta era él, y si tantas ganas tenía de quedar bien con el Gobernador, que organizara su propio acto. ¿Dudas? Ninguna.

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