La discriminación, en campaña

Zona de Tolerancia

Por Rodrigo Vidal

Recientemente el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred), se subió al ring electoral e hizo un llamado a la sociedad en general, pero con especial atención a partidos políticos y sus candidatos, a ministros de culto, y a comunicadores y medios de comunicación, para que eliminaran de sus discursos las agresiones verbales que signifiquen actos de discriminación.

Y no es para menos. En la contienda por convencer quién representa la mejor oferta electoral, lo de menos son las propuestas y lo que más está abundando –desde siempre, pero hoy más que nunca-, son las descalificaciones, las agresiones verbales, las denuncias mediáticas y los señalamientos que en varios de los casos representan actos de discriminación, y aquí, mucho han tenido que ver los medios de comunicación para darle difusión a este tipo de calificativos.

A mi mente llega aquella frase –que después se usó como spot para una campaña en su contra-, dicha durante el debate del 26 de abril de 2000 por Francisco Labastida Ochoa, candidato del PRI a la Presidencia de la República, donde repetía los calificativos que en su momento le dijo el candidato panista Vicente Fox: “me ha llamado chaparro, mariquita; me ha dicho la vestida, me ha dicho mandilón”.

Posterior a eso, le dijo a Fox “majadero” y lo acusó de ofender con ello no sólo a él, sino a las familias mexicanas con esos adjetivos (que no fue lo único con lo que Vicente Fox ofendió al pueblo de México, pues tuvo más durante los seis años de presidente); pero qué razón tenía al decirlo, pues ni ser chaparro, ni mandilón, ni ser travesti, ni mariquita –una de las maneras despectivas de llamar a una persona homosexual-, debe ser motivo de ofensa o agresión.

Las personas son por lo que son y lo que deciden ser, vestir, pensar, amar, decir, siguiendo la máxima de Juárez, de respetar el derecho de los demás a ser. Los ejemplos que tomó el Conapred por el cual hizo este “llamado a la sociedad a recordar que la Constitución de la República prohíbe la discriminación y que cualquier persona puede acudir a presentar una queja o reclamación si considera que sus derechos han sido vulnerados”, son tres:

“El 11 de mayo pasado, el candidato del Partido Verde a la Presidencia Municipal de Guadalajara, Jalisco, Gamaliel Ramírez calificó de ‘cosas nocivas’ y ‘bola de maricones’ a quienes tienen una preferencia sexual homosexual, como su contrincante por el Partido Social Demócrata (PSD), Miguel Antonio Galán Reyes. El abanderado del Partido Verde hizo estas declaraciones durante la transmisión en vivo de un programa de radio”.

“El 26 de mayo, en Ciudad Victoria, Tamaulipas, el ministro de culto Steven Paul Lewis llamó públicamente a la población a no votar por el candidato a diputado federal por el PSD, Oscar Medina Montelongo, con el argumento de que ‘representa el libertinaje, la legalización de las drogas, el sí al aborto (...). Una persona así no tiene ni sabe de valores familiares’. Esta información fue difundida por los medios de comunicación”.
“El caso más reciente fue el 9 de junio pasado, cuando Juan Manuel Larrieta Espinoza, locutor de una radioemisora de Pachuca, Hidalgo, y quien también es consejero en materia de derechos humanos, se refirió como ‘teibolera’, ‘abuelita’ y ‘niña fresa’ a tres candidatas del Partido Verde a diputadas federales. La candidata Erika Ortigoza Vázquez aseguró que el comunicador ha calificado su campaña como ‘cachonda y sexy”.

Sin duda, ya van más allá que el “chaparro, mariquita y mandilón” de hace nueve años, pero que confirma, con preocupación, el nivel de intransigencia por parte de políticos, religiosos y comunicadores hacia algunos sectores de la sociedad, que por su orientación, ideología política, formas de vestir, religión, son distintos a quienes en ese momento hacen la crítica.

El Conapred se dijo preocupado por el hecho de que “candidatos, líderes sociales y comunicadores utilicen conceptos basados en estigmas y prejuicios que atenten contra la dignidad de las personas, especialmente cuando afectan la imagen pública de quienes participan en el actual proceso electoral”, algo que también debería preocuparnos e indignarnos a los ciudadanos, quienes tenemos una credencial de elector y el derecho para votar en el próximo proceso electoral.

Luego que no se quejen los partidos políticos, el IFE, y demás instituciones paladines de a democracia porque los ciudadanos nomás no nos animamos a votar por ninguna de las propuestas “oficiales”, que aparecerán en la boleta electoral el próximo 5 de julio, pero que no hacen mas que representar sus propios intereses, los de su partido, y con estigmas que sólo perjudican la incipiente tolerancia que existe hacia sectores de la población llamados “minoría”, sobre todo las que tienen que ver con diferencias por sexo, orientación sexual o apariencia.

Y cito este párrafo del comunicado del Conapred: “Es preocupante además que los medios de comunicación se conviertan en vehículos para esparcir este tipo de comentarios, por lo que el Consejo invita a periodistas y medios a contribuir en la sensibilización de la sociedad para construir una cultura de la No Discriminación”.

El Picadero
¿Por qué el personal del Sector Salud en Veracruz descuida su labor principal –que no sobra decir, es la de velar por la salud de todos los ciudadanos ahora que se elevó a pandemia la influenza AH1N1, después de que se desató un brote atípico de varicela, que aumentan los males por altas temperaturas y el dengue aún representa un peligro latente-, y en lugar de ello están obligados y apurados a obtener las copias de determinada cantidad de credenciales de elector y garantizar así votos para el PRI?

Sino es cierto, entonces por qué esa es parte de las tareas de jefes, delegados y directores de todas las áreas dentro del Sector Salud de Veracruz, desde hace algunas semanas, y que mantienen más ocupado a todo el personal.

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