jueves, 5 de marzo de 2009

La Facico, 55 años después

Quiero compartir este artículo escrito por Andrés Timoteo, compañero de generación de la Facultad de Ciencias y Técnicas de la Comunicación (hoy sólo Facultad de Ciencias de la Comunicación), que trabaja para La Jornada, y quien hizo el siguiente texto a propósito de la cena-baile de este viernes, con motivo del 55 aniversario de nuestra escuela queridaaaa (con tonada de las golondrinas)...

Que lo disfruten y espero comentarios. Por cierto, muchas felicidades a mis colegas y amigos de universidad, los recuerdo siempre.

CELEBRACION O INDIFERENCIA
Por Andrés Timoteo
(Notiver, 28 feb)

Un grupo de egresados de la Facultad de Ciencias y Técnicas de la Comunicación, mejor conocida como la FACICO, ha propuesto realizar una celebración alterna de los 55 años de fundado el plantel. Otros más están llamando a la indiferencia hacia el acto oficial diseñado por la dirección de la institución por dos motivos, uno de ellos es que es realidad no es un evento oficial sino oficialista.

El programa diseñado por los directivos no lleva a celebrar las generaciones formadas en las aulas de la facultad sino a halagar al gobierno en turno y a sus funcionarios, además de que la mayoría de los ponentes en las conferencias magistrales y paneles ni siquiera son egresados de la institución. Para el asombro de todos: ¡ hay actores y músicos que hablarán del quehacer noticioso!. Este último hecho, también revela el segundo malestar de los egresados que han optado por hacer periodismo. Las glorias alcanzadas por la FACICO a nivel nacional han sido en este oficio: el periodismo y hoy en las aulas de la facultad ya no se enseña tal cosa.

Por arte de magia de los dos últimos rectores, Víctor Arredondo y Raúl Arias Lovillo, las clases de periodismo fueron perseguidas y exterminadas. Ahora se enorgullecen de llamarse comunicólogos y publicistas. En la facultad también se cuenta con los dedos de una mano a los maestros que enseñan en el aula pero que tienen experiencia en las redacciones. Es decir, se volvió una escuela de teóricos y burócratas.

¿Dónde está la disidencia para exigir libertad de prensa o de expresión?, ¿dónde los foros para formar nuevas camadas de redactores de la verdad?, ¿dónde quedó la movilización por los cambios sociales?, ¿dónde está el ojo y la pluma críticos hacia los gobernantes y la derecha, opositores de la democracia y del cambio?, ¿dónde quedaron tantas cosas que en otros tiempos sirvieron para formar excelentes periodistas?.

¿Dónde están los alumnos que soñaban con reportear la noticia y los maestros que azuzaban a tal sueño?, ¿dónde la lectura y discusión diaria de las notas de prensa en el salón de clases?, ¿donde la exigencia hacia los estudiantes para ir a los medios informativos como practicantes?, ¿dónde quedó el requisito de tener notas publicadas o difundidas en medios para aprobar la materia?. Ya se dijo, se cuentan con los dedos de una mano los maestros-periodistas en la FACICO, todos ellos arrinconados y también al borde de la extinción.

De colofón, la cena baile para agasajar a los funcionarios estatales la tendrán que pagar los egresados que se animen a asistir, cuando es sabido por todos que la comilona se facturará a las oficinas de rojo color. Es una pena para los egresados que si abrazaron el quehacer periodístico – el real, aquel que se hace diariamente en la calle y en la mesa de redacción- ver tanta decadencia y tanto oficialismo.

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