lunes, 19 de enero de 2009

¿Y después de la navidad?

Zona de Tolerancia
¿Y después de la navidad?
Familia Católica vs minifaldas y homosexualidad

Por Rodrigo Vidal


Así como la Navidad para muchos es época de reflexión, el término de las festividades navideñas –que para unos concluye con el Día de Reyes, y para otros hasta la Candelaria, el 2 de febrero-, también nos debe llevar a reflexionar, sobre todo en el tema ambiental. ¿Usted qué hace con su árbol de navidad después de la temporada?

Tan sólo el Estado de México, que ocupa el primer lugar nacional en producir árboles de navidad, sacó a la venta 200 mil arbolitos en esta temporada. Cifras de la Asociación Nacional de Productores de Árboles de Navidad, estiman que el año pasado entraron a México un millón y medio de pinos para su comercialización, provenientes de Estados Unidos y Canadá.

Todos esos árboles, que hace un mes lucían maravillosamente decorados con luces, listones, moños, esferas, estrellas, acompañando nacimientos, y ubicados en el mejor lugar de la casa, a la vista de todos, cerca de una ventana, con regalos a “sus pies”; hoy están en la basura, o en los contenedores especiales para su recolección.

Con esto, lejos de iniciar un discurso sentimentaloide sobre la triste suerte de los árboles de navidad, quiero exponer, con una situación como lo es el uso de estas plantas “de temporada”, cómo los seres humanos seguimos siendo insensibles, inconcientes, y como dicen las beatas “sin temor de Dios”, ante los problemas ambientales.

Apenas esta semana leía la nota sobre el fracaso del programa de reforestación denominado Proárbol, del Gobierno Federal, que en un plazo de dos años, el 90 por ciento de lo sembrado en un millón de hectáreas, se había perdido. Sólo el 8 por ciento estaba en condiciones de sobrevivir en este año.

El hecho de que cada año estemos tirando a la basura millones de árboles que en algunos casos, no en todos, tienen posibilidades de ser sembrados de nuevo, expone el nivel de inconciencia ambiental que tenemos. Aún aquellos que se secaron mientras adornaban nuestras casas en Navidad, tienen posibilidades de ser reutilizados, ya sea para la creación de composta, o se guarda para el próximo año y se reutiliza, pintado y redecorado, como un producto artesanal.

¿Qué no tienen dónde sembrar de nuevo el árbol?, pues hay parques, áreas verdes donde los pueden llevar, con previo permiso o solicitud de las autoridades, para que no tengan problema. Quizá a estas alturas muchos ya se deshicieron de sus árboles, pero para aquellos que esperarán a quitarlo hasta el día de la candelaria, tomen en cuenta que aún después de la Navidad, estas plantas tienen posibilidades de sernos útiles, y si sabemos sacarle provecho, entonces si estaremos dando muestras que estamos evolucionando como especie.

Por cierto, sembrar un árbol no es sólo llevarlo al campo y dejarlo plantado –literalmente-, y esperar a que la naturaleza haga todo el trabajo. Significa hacerse cargo de él hasta que esté lo suficientemente fuerte para poder, entonces si, enfrentarse a los cambios de clima.

¿Racismo a la mexicana?
Ya el Ministerio de Relaciones Exteriores de Ecuador, a través de su embajador en México, Galo Galarza, hizo llegar una nota de protesta al gobierno mexicano por la muerte de dos ecuatorianas en el estado de Chiapas, Norma Dután y Leyvis Moina, el pasado 9 de enero, cuando viajaban en un camión que transportaba emigrantes indocumentados.

Según testigos del incidente, el vehículo “recibió disparos de la Policía Estatal Preventiva de Chiapas y como consecuencia del ataque murieron las dos jóvenes ecuatorianas y otros cuatro compatriotas resultaron heridos”, señala el comunicado. Así como pedimos respeto y justicia para nuestros connacionales en Estados Unidos, bien vale la pena exigir a los responsables de las fuerzas policiacas y de seguridad pública del país, respeto para aquellos indocumentados centroamericanos que cruzan por territorio mexicano para llegar a los Estados Unidos.

Finalmente, ellos no son culpables que nuestro país “se les atraviese” en el camino hacia los Estados Unidos. Por cierto, eso que ocurrió en Chiapas en este mes, se presentó de la misma manera hace meses en Veracruz.

Homosexualidad ¿Innecesaria?
La Iglesia Católica, en el tenor que la caracteriza –de intolerancia y discriminación-, da a conocer mediante un comunicado que sale del VI Encuentro Mundial de Familias, que los legisladores que quieren “organizar socialmente la sexualidad” cometen “un error antropológico” que puede provocar “confusión intelectual, de identidad y relacional”, esto después de oponerse al matrimonio homosexual.

Además, pide que la homosexualidad se “practique” (como si fuera deporte), de manera privada, pues “la homosexualidad no contribuye favorablemente a la estructuración de las personas y de la sociedad”, además de establecer que una relación entre homosexuales “no refleja la verdad de la amistad”, es “inherente a la condición humana”, y “debe vivirse en la castidad”.

Escotes y minifaldas diabólicas
Por cierto, fue en el Encuentro Mundial de Familias, donde de nuevo los jerarcas católicos acusan a las mujeres de ser responsables de las agresiones que se cometen en su contra, por la forma en que se visten. Con las minifaldas y los escotes, provocan a sus agresores, según la versión Católica.

Si me preguntan a mí, en lo personal prefiero ver una minifalda y un escote que muestre la figura de una mujer, que una sotana que esconda los pecados de un sacerdote.

Comentarios, quejas y sugerencias, dirigir a: rodrigovp76@gmail.com

1 comentario:

chuchett dijo...

Tienes toda la razón, con respecto a la fuerza y poder de la vestimenta; no vamos lejos, ahí está el caso del sacerdote pederasta del Puerto de Veracruz, y los cientos de casos registrados en el libro de San Juana Martínez, El Color Purpura, ya tocado el tema, no dejen de ver Doubt, película nominada al Oscar y que ahonda la tematica.

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