Zona de Tolerancia
Por Rodrigo Vidal
México es el país latinoamericano con más baja participación social, aún con todo y mega movilizaciones que se han presentado en la capital del país (donde el rating se lo disputan entre las convocadas por Andrés Manuel López Obrador y México Unido en contra de la delincuencia, que al final resultó ser palera de la Secretaría de Seguridad Pública federal).
Por ello es de aplaudirse a las personas que se organizan e integran asociaciones sin fines de lucro, ni partidistas, y toman una causa, luchan por ella sin descanso y con el paso del tiempo ven los resultados, por muy escasos que estos lleguen a ser en ocasiones.
Tomar conciencia social, es un ejercicio que los mexicanos no acostumbran en su mayoría. Ser concientes de la condición que vivimos, de las causas que la generan, de los responsables de esas causas, y saber plantear medidas para enfrentarlas, nos cuesta mucho trabajo.
Históricamente protestan los mismos grupos. Tenemos actualmente inconformidad de maestros, estudiantes, médicos, obreros, campesinos, entre otros; unos se suman a las causas del otro haciendo una fuerza mayor, por una causa que se vuelve común, aunque de origen hayan sido distintos.
Existen sectores que algunos llaman minoría (aunque por sus alcances comienzo a dudar que lo sean), que por cargar con ese estigma hacen su lucha más pesada. O aquellos que alguna enfermedad propia, de algún familiar o de una amistad, los convierte de pacientes a combatientes en la lucha contra ese mal. Así pues encontramos asociaciones de discapacitados, personas LGBTTT, enfermos de VIH/Sida, de lucha contra el cáncer, diabetes, con problemas psicomotrices, etc.
Cuando la adversidad los vuelve vulnerables al rechazo, comienzan las historias de triunfo. Aunque también está la otra cara de la moneda, y son las asociaciones que fundan personajes inmersos en la política interesados más en usar como trampolín político el altruismo, para lograr alguna posición o negociación con el gobierno, que en realidad preocupados por el bien común.
Pero esas no son el caso para el tema de hoy. Todo lo anterior lo menciono porque en Poza Rica surgió hace tres años una asociación de lucha contra el VIH/Sida, denominada Ayuda, Amor y Esperanza.
Tres palabras que más que un nombre, son un objetivo: dar ayuda, amor y esperanza a aquellos enfermos de VIH/Sida y a sus familiares y amigos. Y con esa meta trabajaron, hasta que la naturaleza humana (esa misma que es a la vez tan extraordinaria como ambigua), comenzó a afectar en el trabajo.
No haré señalamientos ni mucho menos, más bien es un lamento por la salida (y los motivos que tuvo), de Alfonso Donizetti Mar de la asociación Ayuda, Amor y Esperanza.
Una persona que además de luchar contra la enfermedad (es paciente ceropositivo), tuvo que hacerlo con esa naturaleza humana, la de sus compañeros de la asociación como la de él mismo. Y es que a pesar de las diferencias que pueden existir (y se vale que existan) en una asociación, lo importante es no perder el objetivo de la misma, y considero que en esta etapa de la organización a la que me refiero, eso ocurrió.
Lamento mucho lo ocurrido, porque de por si es insuficiente lo que las autoridades hacen referente a la lucha contra el VIH/Sida, y con una asociación que tenía como metas hacer campañas de prevención para evitar que aumenten los contagios, apenas si se veían avances.
Y no quiero con ello decir que quienes se queden al frente de la asociación vayan a hacer un mal papel (ni siquiera lo deseo, sino todo lo contrario), pero si es cuestionable que teniendo un objetivo tan marcado hayan llegado al extremo, en el caso de Alfonso Donizetti, de dejar la asociación, y hablando del resto, que lo hayan permitido, no porque fuera el non plus ultra de la organización, pero estaremos de acuerdo que en esto lo que más se requiere es sumar esfuerzos y no restar.
Kramer vs Kramer
Quien mejor sabe del abuso policiaco, la presión judicial y la tortura, que un policía. Miguel Ángel Solís Alvarado, es elemento de la Secretaría de Seguridad Pública del Estado, y denunció a Florentino Soto Fajardo, integrante de la Policía Intermunicipal Poza Rica-Tihuatlán-Coatzintla, por privación de la libertad, abuso de autoridad y omisión de auxilio, hechos que ocurrieron el pasado 10 de septiembre a la 1:15 de la madrugada.
La denuncia está en la Agencia Primera del Ministerio Público de Poza Rica. Pero por si eso no bastaba el policía que acusa informó de la situación a la diputada local del VI distrito, Clara Celina Medina Sagahón; a Francisco Portilla encargado de la Comisión de Seguridad en la Legislatura del Estado; al jefe de Recursos Materiales, Alejandro Moreno Leal; y a Noemí Quirazco, presidenta de la Comisión de los Derechos Humanos en Veracruz.
Por aquello de que teme que haya “mano negra” interviniendo en el proceso ¿pues por qué lo dirá, acaso algo sabe o lo dice al tanteo? O es será que como dicen en mi pueblo “más seguro, más marrado”.
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