domingo, 14 de noviembre de 2010

Otoñal

Zona de Tolerancia



Rodrigo Vidal

Con la noticia del incremento de la esperanza de vida de los mexicanos, que aumentó a 75.4 años en promedio (77.8 para las mujeres y 73.1 para los hombres, según INEGI y Conapo), habría que preguntarnos ¿qué tipo de vida estamos esperanzados a tener en nuestra vejez?

Olvidemos la idea de vivir rápido, morir joven y dejar un cadáver hermoso, como bien lo hizo el icono juvenil de los 50’s, James Dean. En México las probabilidades de vida ya rebasan los 75 años y las condiciones de vida para este sector de la población no son nada favorables en este momento, imagínese pues cómo serán para cuando nos toque llegar a viejos.

Si no hacemos nada desde ahora, júrelo que estará peor, porque seremos más ancianos que jóvenes.

En México, según cálculos del Consejo Nacional de Población, para el año 2030 los adultos mayores representarán más del 17 por ciento de los habitantes del país, mientras que en 2050 llegará al 28 por ciento.

Así que, tenemos menos de 30 años para aprender a vivir en la vejez, y el asunto va más allá del fenómeno demográfico. Recientemente el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred), reiteró que hay una marcada discriminación hacia los ancianos.

“La sociedad tendrá que cambiar el estereotipo que establece que en la infancia y en la edad adulta mayor el nivel de capacidades físicas y mentales es menor y por ello es normal que se limite el ejercicio de derechos en estas etapas”, dijo Ricardo Bucio, presidente del Conapred.

Urge readecuar los servicios públicos y la infraestructura social y urbana de tal manera que se garantice la inclusión de estas personas en todos los aspectos de la vida social, económica y política.

Sobre todo porque la población adulta mayor crece 4.16 veces más que la población en general, lo cual se reflejará en que las personas mayores de 60 años de edad serán casi el 30 por ciento de la población dentro de cuatro décadas.

En la Primera Encuesta Nacional sobre Discriminación en México, el 88 por ciento de las personas adultas mayores opinaron que sufren discriminación por su edad, mientras que el 40 por ciento expresó que les parece justo ser discriminado por su familia.

Y mire usted, retomo algunos de los problemas que enfrentan los ancianos (y que insisto, si no atendemos serán nuestros problemas a futuro):
- Falta de oportunidades para continuar su vida de manera productiva. En una época en que el desempleo afecta a una parte significativa de la población, conseguir un trabajo es aún más difícil para los adultos mayores.
- Empobrecimiento progresivo, que se agrava particularmente en el caso de mujeres y personas con alguna discapacidad.
- En su gran mayoría no cuentan con una pensión o jubilación, y cuando la tienen resulta insuficiente para satisfacer sus necesidades básicas.
- Restricción de su derecho a la salud por servicios médicos inadecuados e insuficientes, donde hay que tomar en cuenta el deterioro de las capacidades físicas, mentales y sensoriales que suele haber en esta etapa de la vida. Además, de acuerdo al INEGI, 15 por ciento de este grupo de población enfrenta alguna discapacidad.
- Quienes se encuentran en un asilo padecen hacinamiento, padecen falta de higiene y atención médica, mala alimentación y maltrato físico y emocional.

Lo que hoy hacemos con ellos, pronto, muy pronto lo harán con nosotros. Comentario, quejas y sugerencias, dejar aquí y síganos en Twitter: @ZonaDtolerancia

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