Para bailar la Bamba

Zona de Tolerancia

Por Rodrigo Vidal

Veracruz, ese “rinconcito donde hacen sus nidos las olas del mar”, como describió Agustín Lara hace algunos años, es ya hoy un rincón de violencia, inseguridad, abuso de poder e impunidad; y conste que no me refiero sólo las condiciones que se generan por la presencia del crimen organizado en la entidad, también a las que ha impuesto el Estado.

Hoy es noticia por la persecución, balacera y explosión que se generó en pleno centro del puerto jarocho. El saldo: dos delincuentes muertos y calcinados, tres elementos de seguridad federal heridos y la psicosis colectiva que se generó entre las personas que se encontraban en esa zona, laborando o de paseo.

También es noticia por la presión que desde el Gobierno del Estado, vía la Dirección General de Comunicación Social se ejerció en TV Azteca Veracruz para que la semana pasada fuera despedido Miguel Ángel Díaz, periodista que laboró durante 15 años en esa empresa y realizó un trabajo de investigación que documenta las irregularidades en los permisos y operación de la trasnacional Granjas Caroll, la represión que esta empresa ejerció contra los habitantes del lugar, así como la complicidad del Gobierno del Estado.

Sí, se trata de esa empresa que se ubica en el valle de Perote y que pasó a la fama mundial luego del brote de influenza en el país.

Y acá en el norte, mientras las autoridades presumen las inversiones que se realizan en la zona por el proyecto Aceites Terciarios del Golfo antes Paleocanal de Chicontepec, y la llegada de empresas trasnacionales que le trabajan a Petróleos Mexicanos, como un síntoma del desarrollo que se vive en la región, aumentan las demandas ante Conciliación y Arbitraje de trabajadores que laboran para esas empresas contratistas.

¿La razón? Pues los abusos y las violaciones a los derechos laborales de los obreros. A tal grado de que en la Junta Especial de Conciliación 44, el 60 por ciento de las demandas son en contra de las empresas que le trabajan a Pemex. Entre las más demandadas están ICA, Petro-operaciones Nacionales, Key Energy, y demás.

Por desgracia, de todo esto sólo podemos esperar respuestas como: “se trató sólo de una pequeña granada, eran delincuentes, fue un hecho aislado, vivimos en calma en Veracruz, nos intentan desprestigiar, en el estado se respeta la libertad de expresión, no marcamos línea a los medios, fue decisión de TV Azteca, bienvenidas las empresas que quieran invertir en la entidad, hay progreso y desarrollo, la economía crece –y abusando del obrero, más-”, entre otras más que ya son parte del folklore veracruzano desde hace cuatro años.

“Veracruz, pedacito de patria que sabe sufrir y cantar…”

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