Zona de Tolerancia
Por Rodrigo Vidal
Este domingo llegó la hora de votar y de vetar. El momento de la verdad llegará justo cuando estemos frente a frente con la boleta electoral, dispuestos a elegir al candidato de nuestra elección, o anular el voto, o a llenar el espacio en blanco y votar por Esperanza Marchita.
Cualquiera que sea la decisión debió pasar por un proceso de reflexión (y no coerción como aún lo pretenden hacer algunos partidos políticos), por lo tanto ese voto tiene su valor (aunque las instituciones políticas y electorales recriminaran y rechazaran la posibilidad de anular la boleta).
En este ejercicio electoral (que nos han querido vender como la máxima expresión de la democracia en México, nada más alejado que eso), tenemos la posibilidad de votar por aquel que, entre frases repetitivas, canciones, imágenes en trípticos, posters y espectaculares, pocas propuestas pero buenos deseos, nos convenció de darle su voto, o también de aplicar el voto de castigo o el veto para aquellos partidos políticos que se ostentan en el poder y han fallado.
El voto se convierte en un arma con esas posibilidades de tiro, sin embargo, no es suficiente para asegurar que con ello ejercemos nuestra democracia, si se trata sólo de una participación cada tres años, o seis.
Finalizaron las campañas y lo que queda mañana es el resultado del trabajo de los candidatos que aspiran a ser nuestros próximos legisladores federales, que como ya antes habíamos comentado, no obedecen a la voluntad popular, sino a los intereses de grupo y sus partidos políticos.
Deben fidelidad (término que hoy en Veracruz ha tomado el significado de la manipulación, de la simulación, de la complicidad, de la desinformación y el exceso sin límite), a los grupos dentro de sus partidos políticos que los impusieron como candidatos –porque ninguno provino de una elección democrática interna, sino del dedazo-, no a los ciudadanos que en mayoría votarán por ellos.
Es la hora de votar y hay que hacerlo, pues es la opción inmediata que tenemos para expresar nuestra voluntad, pero no la única, y de ahí viene el siguiente paso, el de la movilidad social para obligar a los que lleguen al Congreso, para cumplir con esos cambios en leyes y reformas, pendientes, comenzando por la refundación del sistema de partidos y del sistema electoral en México.
El siguiente paso es obligar a los diputados que lleguen a favorecer con más presupuesto a la educación y la ciencia en México, aprobando el 8 por ciento del presupuesto para este rubro.
El siguiente paso es mantener en la agenda legislativa federal, y de los estados, la agenda social: más recursos para la educación, legislar para una verdadera reforma educativa en el país, para combatir las manifestaciones de discriminación, legislar en materia de equidad y género, en garantizar el acceso a los servicios de salud a toda la población.
Combatir la violación a los derechos de las mujeres, de la comunidad LGBTTTI, los laborales, de los menores, de los ancianos, de las personas que ejercen el trabajo sexual, de las personas con VIH/sida, de los indígenas, de los discapacitados, de las llamadas minorías.
Acabar con los monopolios y oligopolios, incluidos en los medios de comunicación electrónicos, que usan una señal pública para beneficio privado. Urge una reforma que garantice el respeto a los derechos laborales, la integración social de discapacitados, que combata la inseguridad y la corrupción no sólo a balazos, que fomente la investigación y el desarrollo de tecnologías para generar energía sin contaminar el ambiente.
Aprobar más presupuesto para obras y tecnología que doten de agua a la población. Que mejoren las condiciones en la que los niños estudian. Que mejoren las condiciones de los Ministerios Públicos y Juzgados para así contribuir a garantizar una mejor impartición de la justicia. Volver a hacer producir el campo mexicano, garantizar la creación de alimentos y combatir la pobreza rural y urbana. Y la lista se hace larga.
Este domingo es hora de votar, pero después de las elecciones, llegó el momento de luchar por una verdadera democracia en México y una auténtica representación popular en el Congreso, y no de quedarnos sentados, conformes, con haber entregado “nuestro poder” de decisión a un grupo de 500 parásitos legislativos.
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¡Pásele, pásele que si hay de todo!
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1 comentario:
"SI NO VOTAN.....NO SE QUEJEN"
VAMOS A VOTAR A EJERCER NUESTRO DEBER DE CIUDADANO......ES UN DEBER CIVICO!!!!
NO SEAN NACOS, VALEMADRISTAS, IRRESPONSABLES, CON FALTA DE CULTURA, ANALFABETAS O FLOJOS.....
VAYAMOS A VOTAR!!!!!!!
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