viernes, 8 de mayo de 2009

La Jefa

Zona de Tolerancia

Por Rodrigo Vidal


Cada vez vemos más madres en México (y me refiero a mujeres con hijos y no a situaciones de injusticia y corrupción a las cuales llamaría fregaderas), que salen adelante combinando actividades del hogar (histórica y socialmente adjudicadas a la figura femenina), el trabajo, la crianza, los estudios, entre otras más, a veces acompañadas de una pareja y otras veces solas.

De acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Geografía e Informática (INEGI), para 2005 había 5 millones 717 mil 659 hogares con jefatura femenina, de los 24 millones 803 mil 625 hogares mexicanos censados; esto representa un 23.1 por ciento. Hace casi diez años, en 2000, eran 4 millones 597 mil 235 de mujeres jefas de familia, que representaban el 20.6 por ciento del total de hogares ese año. Y la tendencia para los próximos años es a la alza.

A nivel de entidades federativas, son sólo 13 estados del país que rebasan por poco la media nacional en cuanto al número de mujeres jefas de familia: Baja California (24.2), Colima (24.9), Distrito Federal (28.9), Guerrero (26.3), Jalisco (23.7), Michoacán (23.8), Morelos (26.1), Nayarit (23.5), Oaxaca (24.5), Puebla (23.6), Sinaloa (23.2), Sonora (23.5) y Veracruz (25.5). El resto se mantiene por debajo del 23.1 por ciento nacional (
www.inegi.org.mx).

Este es un indicador no sólo de que la mujer demostró hace tiempo ser capaz de llevar las riendas de un hogar, sino de que las lleva sin descuidar otros aspectos de su vida, como el laboral. En 1990, el 15.2 por ciento del total de las madres censadas ese año en el país, pertenecían a la población económicamente activa, mientras que el 84.8 por ciento se encontraban dentro de la población no económicamente activa.

Para 2007, las cifras cambiaron, el porcentaje de madres que eran económicamente activas fue de 21.2 por ciento, mientras que el 78.8 por ciento no lo era. Es decir, permanecían en sus hogares cuidando y formando a futuros ciudadanos, o quizá descansando de la crianza. Incluso hace dos años, el 9.8 por ciento de las madres contaban con alguna profesión y la ejercían, cuando hace 19 años ese porcentaje era de 6.1 %.

Estos avances que dan muestra de las capacidades que tienen las mujeres para salir adelante, superando los conceptos sociales preestablecidos sobre los roles de género (que insisten en mantenerlas en la casa), contrastan con retrocesos en materia de equidad de género, muy marcado en el ámbito laboral, y en los derechos sexuales y reproductivos de la mujer.

Ser madre es una responsabilidad que va más allá de quedar encinta y de los cuidados durante el embarazo, la lactancia y la crianza. Ser madre es ser muchas cosas, hasta ser “padre”, con todo lo que esto implica. Por ello para la mujer debe ser una decisión tomada con responsabilidad, como lo es también el no querer serlo.

Por desgracia los embarazos no deseados (que la mayoría de los casos están dentro de las cifras de madres adolescentes menores de 20 años), se siguen presentando.

Por ello preocupa las reformas constitucionales y leyes en 11 estados de la República que endurecieron las penas contra la interrupción legal de embarazo. Sobre todo, si nos vamos de nuevo a las cifras del INEGI, tomamos en cuenta que desde el año 2000 (cuando inició el período del PAN en el poder), comenzó a elevarse el número de madres adolescentes, cuando la tendencia era a la baja desde 1990 hasta 1999.

Veamos los números. En 1990 el 18 por ciento de las madres mexicanas eran adolescentes, y para 1999 representaban un 16.9 por ciento, sin embargo, en el año 2000 la cifra aumentó a 17.1 y de ahí el crecimiento de madres adolescentes va a la alza; para 2007 representaban el 17.8 por ciento. Sólo 2003 fue una excepción, cuando hubo un porcentaje de 16.8 por ciento.

Las leyes anti-aborto promueven penas más severas para las mujeres que quieran o necesiten interrumpir el embarazo, incluso en los casos que tipifican la mayoría de los códigos penales, como es el embarazo producto de una violación. Sin embargo ninguna autoridad, federal o estatal, se compromete a generar las garantías para evitar que el número de embarazos no deseados –y de ahí los intentos de abortar-, aumente.

Las leyes anti-aborto sólo contemplan penalizar más y niegan a la mujer toda posibilidad de ejercer sus garantías. Violan, pues, sus derechos a la salud reproductiva y sexual. Pero la derecha y los partidos que la secundan, también le huyen al tema de la educación sexual a niños y adolescentes, bajo argumentos morales y religiosos, pero nunca científicos.

La maternidad debe convertirse en un disfrute con mucha responsabilidad, pero no en una carga o en el muro que detuvo los planes de vida de una mujer, quien siempre termina por asumir toda responsabilidad, porque a la hora de criar, educar y formar, nunca están ni los políticos, ni los partidos, ni los gobiernos, que le negaron la posibilidad de tomar la decisión.

Feliz día a todas las mujeres que son madre. Para ti, Gloria, con todo mi amor. Abue Goya, feliz cumpleaños también.


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2 comentarios:

PashmiNa dijo...

hOOLA!!

Pues en ondas de aborto no me meto porque sería una larga discusión , es como hablar de política, eutanasia y religión así que de eso no opino mucho aunque sólo en ciertos casos estoy "de acuerdo".

Las cifras que citas las vi en el INEGI precisamente el día que me recomendaste checarlas para mi artículo, me gusta mucho que ya haya mujeres capaces de tomar sus propias decisiones y no depender de una pareja para salir adelante y sobretodo que se le dé el papel que le han quitado porque somos igualmente importantes que los hombres.

Muchos saludos Ruy!!! y otra vez me encantó tu artículo!

PD: No se escribe "en cinta" para referirte a embarazada; se escribe "encinta". jeje

RUY dijo...

Gracias Pash!! corregido está!!

Abrazos!!

A mi me gusta la Zona